El atractivo, la grandiosidad y el carácter popular de las fiestas de Moros y Cristianos ha facilitado que se extiendan a muchos puntos de España, aunque se encuentran especialmente arraigados en Valencia y Alicante. Túnel del tiempo, viaje por la historia, la de aquellos años de grandes gestas, hazañas, alguna que otra derrota y, por supuesto, más de una victoria.
Tiempo de conquistas y reconquistas que se materializa un año más, del 4 al 9 de septiembre, en la localidad alicantina de Villena. La capital del Alto Vinalopó celebra su tradicional festejo de Moros y Cristianos.
Declarada de Interés Turístico Nacional, la fiesta es una alegre eclosión de colores, de júbilo y música, que llena las calles de la ciudad durante cinco días en una multitudinaria representación en la que participan más de 10.000 personas vestidas de moros, estudiantes, cristianos, piratas o labradores. Para disfrutar de unas fiestas que se han extendido por otros muchos puntos del país, nada mejor que la Red de Ciudades Ave, una opción ideal para no dejar de disfrutar de nada que acontezca en España.
Una aguja de reloj retrocede hasta el año 711, y se detiene aquí, entre sonidos de espadas, el silbido del viento cortado por las lanzas, dagas chocando entre ellas y escudos protegiendo sus cuerpos. Los árabes tomaban, allá por esos años de duras batallas, la antigua Hispania. Sería en el 722 cuando comenzaría aquella otra gran gesta. La que inicia libros de texto e historias de grandes hazañas: la Reconquista, otra huella en la historia que tuvo su fin en el año 1492, coincidiendo con el final de Reino Nazarí en Granada.
Un retroceso temporal sobre nuestros propios pasos y que, a día de hoy, mantenemos deambulando en un presente lleno de acontecimientos pasados que no se olvidan. Las Fiestas de Moros y Cristianos vienen celebrándose desde el siglo XVII permitiendo hacer una espectacular ruta por parte de la península ibérica. Una de las grandes citas que rememoran este tiempo de la historia es la de Villena. La capital del Alto Vinalopó celebra del 4 al 9 de septiembre sus Fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Nacional.
Música, júbilo y una alegre eclosión de colores, capas púrpuras, turbantes rojizos con ese tono cobrizo que deja destellos de siglos pasados por las calles de una ciudad que esconde grandes tesoros. Guerreros, labradores, feroces moros contra cristianos y viceversa, protagonizan un escenario sin igual en una localidad que deja su presente para convertirse durante 5 días en un escenario de lucha, arcabucería, pérdida y recuperación de un castillo que simboliza la población y la conversión al cristianismo rememorando hechos históricos ocurridos durante la Historia de España.