En 1219 Alfonso IX traslada la población al Castro de Untia
En la plaza de la Constitución de Betanzos se encuentra un monolito que recuerda la fundación de la actual Ciudad.
Un 13 de febrero de 1219, el Rey Alfonso IX autorizó a la población de Betanzos a cruzar el Mandeo y trasladarse desde San Martiño de Tiobre al castro de Untía. Se pasó del Betanzos Vello al Betanzos actual.
Betanzos, una de las siete ciudades del Antiguo Reino de Galicia cumplía entonces 800 años, y lo celebró descubriendo un monolito en el Palacio Municipal que reproducen el privilegio del Rey Alfonso IX en el que autorizaba el traslado de los primeros habitantes de Betanzos a su actual ubicación.
El privilegio rodado está fechado en Valencia de don Juan el 13 de Febrero de 1219, y textualmente dice lo siguiente:
“En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Sea conocido de todos, tanto presentes como futuros, que han de examinar la presente página, que Yo Alfonso por la gracia de Dios Rey de León y Galicia, cambio la Villa de Betanzos para el Castro de Untia a instancia y petición de los habitantes de la misma Villa. Y porque el mismo Castro era heredad del Monasterio de Sobrado, doy y asigno en compensación de la misma heredad para siempre a Vos Abad Señor Enrique y Comunidad del mismo Monasterio de Sobrado la cuarta parte de todas las rentas y provechos de la misma villa y que a la misma pertenezcan tanto por mar como por tierra, para que libre y pacificamente sin oposición alguna poseáis vos y el mismo Monasterio la misma cuarta parte por derecho hereditario para siempre con la mitad de todas las Capillas que en la misma villa se construyan, como aquello que mejor tenéis y mas libremente poseéis.
Y sépase que Vos Abad y Comunidad de dicho Monasterio me dáis a mí para la población de dicha Villa el arriba dicho Castro de Untia y todas las demás heredades que tenéis en torno del mismo Castro. A saber: por la fuente que está en la ribera del río Mandeo junto al puente de Untia y de aquí para arriba por el Valle antiguo y del otro lado por el camino que va a vuestro Hórreo, excepto el mismo Hórreo con su corral y desde aqui siguiendo los limites del mismo Castro con las predichas heredades, quedando a un lado y al otro los dos ríos.
Si alguien pues, tanto de nuestra parte como de extraña osase actuar contra este hecho nuestro e intentase infringir de algún modo esta nuastra carta de concesión, incurra en la ira de Dios todopoderoso y en la indignación regia y todo cuanto usurpare se lo restituya por doble cuantía al Abad y sucesores de dicho monasterio y por su temeraria pague mil Morabetinos a la parte regia; y finalmente, con Judas, que traicionó al Señor, y con Datán y Abirón, a quienes tragó vivos la tierra, pague penas perpetuas en el infierno; no obstante la carta permanezca siempre en su vigor.
Dada la carta en Valencia, día 13 de Febrero, Era M.C.C.L. séptima. Yo el Señor Alfonso Rey corroboro esta carta que mandé hacer y la confirmo y convalido con mi sello.