Con motivo de la llegada del día 33 de la Pascua judía, también conocido como la fiesta de los judíos tunecinos se reúnen en la sinagoga más antigua de África, la Ghriba, para celebrar su peregrinaje anual, que en esta ocasión tendrá lugar del 12 al 14 de mayo.
Este templo, situado a las afueras del pueblo de Erriadh, en Djerba, es uno de los grandes atractivos turísticos de la isla. Sobre todo, en estas fechas del año, en las que se espera congregar a más de 2.000 peregrinos procedentes de Túnez, y de algunos países de Europa, Estados Unidos e Israel, entre otros, así como turistas interesados en este evento espiritual y religioso.
Como antiguo rito ancestral, durante la peregrinación, los asistentes rezan, encienden velas, bailan y entonan cánticos. Asimismo, en la parte posterior de la sinagoga, la más antigua del edificio, se halla una cueva en la que se depositan huevos duros junto con mensajes manuscritos de deseos o recordando a seres queridos fallecidos.
A continuación, los peregrinos realizan una breve procesión acompañada con música en la que transportan el «Menara», un objeto de culto que se traslada sobre un dispositivo con ruedas y que se decora con fulares de colores y flores, entre otros detalles. La elección de los pañuelos que lo ornamentan se realiza previamente a través de una especie de subasta entre los peregrinos, moderada por el maestro de ceremonias, creando un auténtico ambiente de feria.
Construida en torno al año 586 antes de Cristo, la sinagoga de la Ghriba destaca por sus techos verdes, sus paredes azules y sus coloridos azulejos, haciendo de este lugar sagrado para los judíos un espectáculo digno de visitar durante esta festividad, ya que combina folclore, culto y dogma.