El Parador de Costa da Morte nació de la catástrofe ecológica del Prestige que tuvo lugar en 2002 y dos décadas después se ha convertido en un referente de sostenibilidad y conservación del medioambiente, y en una fuente de desarrollo económico, social y cultural en esta zona de la Costa da Morte. Desde que el Parador abrió sus puertas el 25 de junio de 2020 es uno de los más valorados y solicitados por los clientes, con una ocupación media que supera el 90%. Este año lleva vendido 10.713 habitaciones y 13.597 cubiertos en su restaurante.
La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, inauguró ayer el Parador de Costa da Morte en Muxía (A Coruña), una fecha que quedará para el recuerdo porque en pocos días se conmemora el 20 aniversario de la catástrofe ecológica del Prestige que tuvo lugar el 13 de noviembre de 2002.
La ministra ha estado acompañada por el delegado del Gobierno en Galicia, José Manuel Miñones; Nava Castro, directora de la Agencia de Turismo de Galicia; Valentín González, presidente de la Diputación de A Coruña; presidente de Paradores, Pedro Saura; el alcalde de Muxía, Santiago Toba, así como por los alcaldes del Consorcio de Costa da Morte, entre otras autoridades y representantes turísticos y empresariales de la zona.
Durante el acto de inauguración, Reyes Maroto, ha destacado que el establecimiento “simboliza un ejemplo de integración con su entorno natural y patrimonial: un edifico único, vanguardista y moderno que se fusiona con las playas rocosas y salvajes de la bella Praia de Lourido, en lo que algunos han calificado como ‘los acantilados del fin del mundo’ y que se está convirtiendo en todo un referente del turismo sostenible gallego y español”.
Para la responsable de Turismo, el Parador “es también un símbolo del desastre ecológico que supuso el Prestige del que se cumplen 20 años. Un espacio que representa todo lo contrario: un edificio sostenible medioambientalmente que se fusiona con el entorno natural.
A pesar de esta triste efeméride, hoy podemos celebrar el éxito de este Parador que, desde su apertura en junio de 2020, se ha convertido en el duodécimo establecimiento de la red de Paradores en Galicia, lo que refuerza el compromiso de esta red del Estado con el desarrollo económico y social de Galicia”.
Por otro lado, el presidente de Paradores, Pedro Saura, “el Parador de Costa da Morte es uno de los mejores exponentes de los valores que encarna la hotelera pública: su integración con la naturaleza refleja el cuidado y respeto que tenemos con el medioambiente y la biodiversidad; la gastronomía, colecciones artísticas y fotografías que acogen sus paredes denota la importancia que damos a la autenticidad de las tradiciones y la cultura gallega; y la elevada actividad del Parador su potencia para dinamizar la actividad en la región”.
El Parador de Costa da Morte abrió sus puertas por primera vez el 25 de junio de 2020 convirtiéndose en el número 98 de la cadena pública.
Por aquellas fechas, el Parador recibió a sus primeros clientes cumpliendo los estrictos protocolos de higiene y distanciamiento establecidos por la empresa en todos sus establecimientos para garantizar la seguridad de clientes y empleados en todas las instalaciones.
Su apertura suscitó gran expectación, y en estos dos años que lleva operando se ha convertido en uno de los Paradores más solicitados de toda la Red, colgando el cartel de “completo” durante tres veranos seguidos.
El Parador de Costa da Morte nació de la catástrofe ecológica del Prestige que tuvo lugar en 2002 y se ha convertido en todo lo contrario: en un referente de sostenibilidad y conservación del medioambiente, y en una fuente de desarrollo económico, social y cultural en esta zona de la Costa da Morte.
El autor del proyecto original fue el arquitecto gallego Alfonso Penela que ideó un edificio con arquitectura del siglo XXI completamente integrado en las terrazas y cubiertas vegetales de la ladera.
Cuenta con una superficie habitable de 15.000 m2 y 63 habitaciones con terraza y vistas a la playa de Lourido. Desde las habitaciones del Parador se salen a distintos caminos que descienden a la playa y continúan hacia Muxía.