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León celebró su carnaval más tradicional y ancestral. Partiendo de la Avenida Saez de Miera, pasando ante la atenta mirada de nuestro héroe Guzmán el Bueno, para seguir por la avenida Roma, Plaza de la Inmaculada, Gran Vía de San Marcos, Plaza de Santo Domingo, Calle Ancha, para acabar en la Plaza de San Marcelo
A pesar de la lluvia que caía a esa hora, la ciudad se volcó con los tradicionales antruejos leoneses a lo largo del recorrido venidos desde todos los rincones del Reino. Este año, el desfile modificó el recorrido a causa de las obras de Ordoño II.
El Ayuntamiento de León, como destacó el concejal de Fiestas, Pedro Llamas, ha apostado por quinto año por la fiesta más tradicional, los antruejos, como elemento diferenciador con el fin de atraer cada vez más gente de León y provincia. De esta manera, la ciudad de León se convierte esta tarde en el escaparate del antruejo tradicional.
En el Desfile de los Antruejos Leoneses participaron Zafarronada de Riello, Antruido de Riaño, Antruejos de Velilla de la Reina, Jurrus y Castrones de Alija del Infantado, Campaneirus de La Cuesta (La Cabrera), Antruejos de Cimanes de Tejar, Antruejos de Carrizo de la Ribera, Antroido del Bierzo, Carnaval Tradicional de Santa Olaja de Eslonza, Caretos de Villalfeide y Carnaval Tradicional de Pozo de Cabrera.
Los que aguantamos la lluvia pudimos ver entre otros el Antruejo de Velilla de la Reina uno de los más famosos y visitados de la provincia que constituye una de las ya muy escasas muestras del antruejo rural tradicional. Estuvieron con su Toro y con el Guirrio de blanco”. Los guirrios los portan los quintos, quienes fustigan a la gente en general y en particular a las mozas casaderas, a las que cogen y voltean, haciéndolas saltar por encima de las astas del toro, escenificando así un claro rito de fertilidad de la mujer. Los “guirrios” visten con calzones largos de lino o felpa, camiseta y enaguas blancas bordadas, un gran fajín (el “zurrungallo”), botas de media caña negras y cencerros que les cuelgan por la parte posterior de la cintura y que suenan ruidosamente cuando el guirrio corre y salta
Carrizo de la Ribera estuvo representado con su Antruejo, uno de los carnavales más antiguos, originales y llamativos de todos los pueblos de León haciéndonos disfrutar con sus guirrios, toros, el Pellejo, la Gomia o la Tarara. ¡La tarara si o la tarara no…..! “Dice la Tarara que no tiene novio/y debajo de la cama tiene a San Antonio”, “Tiene la Tarara un garbanzo en el culo/ acudid mocitos que ya está maduro”, etc.Tras ellos estuvieron presentes también los Madamitos y Toros de Cimanes del Téjar (León) o los temidos Jurrus y Castrones de Alija del Infantado (León), representando la lucha entre los jefes de los Jurrus y de los Birrias dentro de un círculo de fuego y, tras el triunfo de los segundos, la quema del monigote del Jurru.
Y de la Cabrera nos llegó la mascarada de invierno de la Cuesta. Los Campaneirus de la Cuesta se cubren los cuerpos con pieles o trapos viejos o mantarrones y van cubierta la cara con caretas o sacos con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales, o de cualquier cosa que pudiera asustar. Del Bierzo llegó el entroido que se corresponde con el «antruejo vestidos con harapos y las caras pintadas
De Riaño bajaron los Antruejos Leoneses con sus zamarrones y su oso representando el desfile de la mojiganga, asustando al público con el ruido de sus cencerros y también de las Montañas de Omaña estuvieron en la fría noche leonesa los zafarrones llegados de Riello.
Un año más fue un reencuentro con nuestras mas ancestrales tradiciones y exhibición de pura identidad leonesa.
- Texto y fotografía: Martínezld
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