La lluvia deslució el desenlace de estas justas medievales que cada año se celebra en la localidad leonesa de Hospital de Órbigo.
En la Ribera del Órbigo, en el puente medieval daba comienzo a las 18.30 de la tarde de ayer domingo las Justas Medievales de Hospital de Órbigo que recrean la hazaña del ilustre caballero leonés D. Suero de Quiñones ante la mirada de las personas que abarrotaban el puente. El mal tiempo no desanimó a las miles de personas que se desplazaron hasta esa localidad leonesa para presenciar, un año más, la gesta de este caballero leonés.
Durante dos días Hospital de Órbigo retrocedió al año de 1434, transformando sus calles en un inmenso y colorista mercado medieval, para recrear la gesta de este ilustre paisano. Este año la Fundación Sierra Pambley ha sido la mantenedora de las Justas medievales de Hospital de Órbigo y su responsable Gracilano Palomo fue el encargado dar lectura al pregón de apertura de la edición 2023.
El pueblo se decoró para la ocasión con decenas de gallardetes, banderolas y reposteros de tela con escudos de toda índole, incluido el de la localidad, con total ausencia de iconografía heráldica leonesa en esta fiesta medieval, dada la importancia del Reino de León en la historia, aunque bien es cierto que en la fachada de Ayuntamiento de León lucían reposteros con los Reyes de León. Aunque este año tuvimos que soportar la presencia de un caballero vestido de rojo con las armas de Castilla y León que hacía daño a la vista. Que no hubiera una sola bandera de León en la recreación medieval es simplemente una vergüenza. Son cosas que solo ocurren en esta tierra.
Don Suero de Quiñones
Don Suero de Quiñones fue un caballero leonés, que cobró fama por mantener un desafío en este puente medieval sobre el río Órbigo, conocido como el “Paso honroso”, cuya historia relata el Libro del passo honroso y que año tras año aquí se recrea.
Este desafío consistió en llevar a cabo una acción típicamente caballeresca en el que retó a todo caballero que fuera a cruzar el puente a enfrentarse con él. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
La justa o torneo tendría que mantenerse durante un mes en el que Suero de Quiñones estaría acompañado de sus mejores amigos.
Don Suero llevaba colgada al cuello cada jueves una argolla metálica, como prueba de amor hacia su dama Doña Leonor de Tovar.
El motivo para proponer las justas del puente era poderse librar de dicha argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a todos los caballeros que se presentasen en dicho puente y tras haber roto 300 lanzas a razón de tres por caballero.
El torneo comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto del mismo año, día en que don Suero fue herido. Sólo hubo un descanso el día 25, festividad de Santiago