¿Porqué la ponen el “doña” delante cuando a ningún rey se le dice “don”? Nadie dice Rey don Ordoño II, ni Rey don Ramiro II, ni Rey don Alfonso VI…
Fotografía: Martínezld
El presidente de la Junta de Castilla y León, “DON” Alfonso Fernández Mañueco, ha inaugurado el pasado 15 de diciembre la inacabada (especialmente por la inversión prometida y no ejecutada) estación de autobuses de León. En el transcurso del acto inaugural el presidente autonómico anunció que la Estación de Autobuses llevaría el nombre de la Reina Urraca I de León.
Hay dinero para logos de la Junta, pero no para una señalítica moderna. Unas fotocopias pegadas con cinta adhesiva informan que esta prohibido el paso a los peatones. Fotografía: Martínezld
En tal sentido el BOCyL número 8, del 11 de enero publicaba la “ORDEN MTD/7/2024, de 9 de enero, por la que se aprueba la denominación «Reina Doña Urraca I de León» para la estación de autobuses de León”.
El espacio para consignas sin consignas. La zona de información sin informador. Fotografía: Martínezld
Justificaba el BOCyL tal decisión argumentando que “desde su entrada en funcionamiento, la estación no ha tenido ninguna denominación más allá del nombre operativo de «Estación de Autobuses de León».
En el ánimo de que las infraestructuras sean soporte de nuestra riqueza cultural, se propone dotar a la Estación de Autobuses de León de un nombre representativo a la altura del legado histórico que León atesora. (poco respeto para él mismo viene mostrando la mentada Junta)
La Reina Urraca I de León fue una mujer que cambió la historia dado que fue la primera mujer de Europa en reinar por derecho propio a título de reina. Apodada «La Temeraria», supo afrontar los desafíos de su reinado con astucia e inteligencia. Fue una figura clave para la historia de España, que, sin embargo, en muchas ocasiones ha pasado desapercibida. (que se mire la Junta al espejo…, a lo mejor encuentra allí mismo al culpable)
El reinado y la trayectoria vital de la Reina Urraca I de León constituyen un legado que, casi 1.000 años después de su reinado, merece ser recordado y perdurar en nuestra sociedad.”
Así estaba un día antes una parte de la Estación de Autobuses de León. Fotografía: Martínezld
Así estaba el día antes de la inauguración la zona dedicada al parecer al Centro de Control de Transporte de Castilla y León en la parte derecha de la estación autobuses. Fotografía: Martínezld
Así pues, este pasado 11 de enero, coincidiendo con la publicación del BOCyL, unos operarios comenzaban a instalar el rótulo con la nueva denominación.
Una vez instalado vemos que hay algo que no cuadra. “Estación de Autobuses Doña Urraca I de León”.
La primera pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿porque la ponen el “doña” delante cuando a ningún rey se le dice “don”? Nadie dice Rey don Ordoño II, ni Rey don Alfonso VI… Y máxime cuando ella firmaba como Urraca Rex al igual que los reyes que la precedieron
Mucho nos tememos que la Junta que siempre anda floja en la historia del Reino de León (por voluntad o por negligencia), haya confundido a Doña Urraca, señora de Zamora, hermana de Alfonso VI y tía de nuestra Reina con Urraca I de León, hija de Alfonso VI y sobrina de Doña Urraca. Por lo que la denominación correcta de la estación de Autobuses debería ser Estación de Autobuses “Reina Urraca I de León”.
El nombre de Urraca
Señala el profesor Hermenegildo López, colaborador de este diario y autor de los libros “Erase una vez un Reino” y “Señorío de mujeres” que “Urraca puede que sea un nombre un tanto desconocido por el desierto castellano, pero después de que el reino de Pamplona se acercara al de León tras la batalla de Castromoros en la época de Ordoño II, fue un nombre que hizo fortuna en la familia real leonesa”.
Así, por ejemplo, “el gran Ramiro II, el Invicto, caso, en segundas nupcias, con Urraca Sánchez, hija de Sancho Garcés y Toda Aznárez. Su hijo, Ordoño III, casó con Urraca Fernández, hija de Fernán González.” Esto solo como ejemplos más destacados hasta llegar a las más grandes de las Urracas, afirma López.
Como distinguirlas
Doña Urraca, Señora de Zamora
Esta Urraca, que fue la mayor de los cinco hijos de la Reina Sancha I de León y su esposo Fernando I, nació León en 1033 antes de que sus padres accedieran al trono. Recibió educación, al igual que sus hermanos, en la «disciplinas liberales», el trívium y el quadrivium. Urraca se ocupó de la educación de su hermano Alfonso, padre de Urraca I de León
Doña Urraca, Señora de Zamora. Fotografía: Martínezld
Esta Urraca es conocida por su cáliz ya que fue la donante de sus joyas para crear este Cáliz sobre dos piezas de ágata procedentes de oriente y llegadas a través de Egipto y de la taifa de Denia.
Su padre Fernando I dejo repartido sus reinos antes de morir entre sus cinco hijos: a Alfonso le otorgó el reino principal, León; a Sancho le concedió Castilla; el pequeño, García, fue nombrado rey de Galicia; Elvira heredó el señorío de la ciudad de Toro, con consideración de reino; y Urraca heredó Zamora.
Urraca se mantuvo contraria a la política unificadora de Sancho, por lo que este decidió asediar Zamora para poner fin a la resistencia contra su gobierno. El asedio duró más de siete meses hasta que un noble de la Corona Leonesa, Vellido Dolfos, ejecutó al Rey Castellano en una brillante y osada acción militar y liberó Zamora de su cerco. Tras la muerte de su hermano Sancho, Urraca continuó ejerciendo su señorío sobre la ciudad de Zamora, así como sobre todos los monasterios del reino, honor que compartía con su hermana, la infanta Elvira de Toro. Según la Crónica Silense, fue una de las consejeras más importantes de Alfonso VI, al que siempre protegió y con el que llegó a actuar en la práctica como canciller del reino, tal y como evidencian los primeros diplomas emitidos por Alfonso VI a finales de 1072. Al final de su vida se retiró a un monasterio leonés, donde permaneció hasta su muerte en 1101, según algunos autores, aunque es posible que falleciese unos años más tarde debido a que aparece haciendo una donación a la catedral de Burgos en noviembre de 1103. Se encuentra enterrada en el Panteón Real de León.
Reina Urraca I de León
Urraca I de León nació en León, un 24 de junio de 1081, fue llamada por sus coetáneos y los historiadores de la época “la Temeraria” y fue reina de León entre 1109 y 1126. Hija y sucesora de Alfonso VII y de la reina Constanza de Borgoña, a su muerte la sucedió su hijo Alfonso VII. Fue la primera mujer en Europa en ejercer un reinado de pleno derecho
Reina Urraca I de León. Fotografía: Martínezld
El 30 de mayo de 1108, falleció su hermano Sancho en la batalla de Uclés, en la que obtuvieron la victoria los almorávides. La muerte del único descendiente varón de Alfonso VI convirtió a Urraca, que había enviudado en septiembre del año anterior de Raimundo de Borgoña, en heredera del Reino.
Por ello Alfonso VI reunió en Toledo a los nobles del reino y les comunicó la sucesión y el matrimonio de Urraca con el rey aragonés Alfonso I el Batallador.
Ya convertida en Reina a la muerte de su padre decidió separarse de Alfonso, puesto que los esposos se llevaban mal: Alfonso era misógino y violento, y Urraca lo acusó de haberla maltratado. Para el otoño de 1112, el matrimonio con Alfonso había fracasado completamente y Urraca se aprestaba a gobernar finalmente en solitario.
Su apasionante vida y su reinado podéis leerlo en el libro “Señorío de mujeres” del profesor Hermenegildo López y publicado por enredando.info además de otros artículos que se citan más abajo y que han contribuido a poner en el foco a esta mujer que se encontraba bastante olvidada. Es un mérito que se debe atribuir con justicia a este periódico y a la insistencia cazurra del profesor López citado.
Esta Urraca en la madre de único emperador que ha tenido el Reino de León, Alfonso VII, y que, de otro lado, es el único coronado en la Península ibérica.
Fallece en la localidad de Saldaña un 8 de marzo de 1126 de fiebres puerperales. El cadáver de la reina Urraca fue conducido a la ciudad de León, donde recibió sepultura también en el Panteón de reyes de San Isidoro de León.
Con estos datos, bastante escuetos, creemos que cualquiera puede, si pone un mínimo de interés, diferenciar a Doña Urraca, de Urraca I de León. Aplíquese el cuento el rotulador y aproveche también para retirar alguno de los otros que, no solo ofenden a los buenos leoneses por pretenciosos sino que vienen a demostrar (algo que ya sabíamos) que “el que manda, manda y rotulemos la estación”… que para eso la hemos pagado, eso sí, de baratillo; no como la de la sedicente capital en la que se invertirán 94 euros más que en esta chapuza a medio acabar (sin consignas, sin una cafetería de acorde a su categoría, sin las dársenas de enfrente sin reformar, sin tiendas, y con media instalación aún sin finalizar) pero eso sí con rótulos con el logo de la Junta hasta en el papel higiénico
