Las actuaciones consistirán en el levantamiento de las tejas y un repaso de la cubierta, sin que los trabajos supongan una obra estructural.
Castilla y León | 24 de noviembre de 2022 . La jefa del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, Amelia Biaín, ha firmado el acta de las obras de reparación de las cubiertas del conjunto monástico de Santa María de Gradefes.
El importe de la inversión realizada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte mediante fondos desconcentrados en la Delegación Territorial de León asciende a la cantidad de 52.082 euros, incluyendo la ejecución de la obra y los honorarios técnicos. La intervención consistirá en el levantamiento de las tejas y un repaso de la cubierta, sin que los trabajos supongan una obra estructural.
Monasterio de Santa María de Gradefes
El monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 1985, y su entorno de protección delimitado por Decreto 147/2001, de 17 de mayo de 2001.
El conjunto monacal está formado por un núcleo inicial correspondiente a la época de la fundación y constituido por la cabecera de la iglesia y el crucero, la sacristía, la sala capitular y el claustro reglar, una segunda fase con el coro de siglo XVII situado al noroeste del anterior, una gran ampliación del siglo XVIII con celdas en torno a un nuevo patio situado al este, y un edificio de 1975 con las nuevas celdas y situado al suroeste.
La zona más antigua y de mayor valor artístico es la cabecera de la iglesia, de estilo románico de transición, toda ella en piedra de sillería, que se singulariza por la existencia de una girola y cinco ábsides, poco frecuente en los monasterios cistercienses españoles y único caso en los femeninos, y que parece rodear un ábside preexistente. Consta de cinco tramos con arcos apuntados y peraltados y cinco ventanales de medio punto en la parte alta. La zona del crucero es del s. XIV y de factura gótica. Se vislumbra el arranque del primer tramo de la nave, o naves a juzgar por la existencia de dos pilares exentos. El templo conserva algunos sepulcros, destacando el de un matrimonio de nobles (posiblemente los fundadores) y otro que parece ocupar el vano donde pudo estar la entrada primitiva a la iglesia.
La nave que acoge el coro, de diseño clasicista, está descentrada con respecto al eje de la iglesia y consta de cinco tramos separados con arcos fajones y con lunetos. Su traza es del maestro José Álvarez de la Viña y se contrata en 1705. Está ejecutada con ladrillo y mampostería y enlucida completamente en el interior. Destaca por las abultadas yeserías de las bóvedas con escenas religiosas y hojarasca, así como por la sobria sillería coral de 1711 sin apenas decoración y por la reja de separación con la iglesia, fechada en 1629. A los pies se remata con una espadaña ejecutada a la vez que la nave y por el mismo maestro.
El resto de las construcciones que cierran el claustro reglar, de planta rectangular, muy rústico en sus arquerías de medio punto y que tal vez se construyera en época tardía con escasos medios y sin comparación con la calidad de la iglesia, son las siguientes: por la panda este y de norte a sur están la sacristía, la antigua sala capitular con los característicos arcos en zig-zag, y un pequeño jardín que ocupa el vacío dejado por construcciones arruinadas, incendiadas o demolidas, y que las monjas llaman herbolario; por la panda oeste se observa una fachada construida dentro del conjunto de obras del siglo XVIII, y que convierte al corredor del claustro en espacio interior. Tras el corredor se conservan unas pequeñas estancias compartimentadas para usos auxiliares y que pudieron constituir un corredor paralelo para el acceso de las conversas al coro, conforme al típico esquema tipológico de los monasterios cistercienses; y la panda sur está casi en todo el tramo ocupada por un edificio que puede ser del XVII-XVIII, de una sola crujía y dos plantas. La planta baja se destina a biblioteca y la planta alta que se destina a noviciado.
Estas reseñas históricas y arquitectónicas han sido extraídas del proyecto redactado por el arquitecto José Ramón Otal Ruzafa, cuyo contenido se centra en el análisis de las patologías detectadas en las cubiertas que bordean el claustro reglar y un pequeño atrio de acceso a la iglesia, así como la descripción y valoración de su reparación.