La Junta de Castilla y León ha hecho entrega del espejo veneciano restaurado a la Basílica de la Encina, en Ponferrada, una vez concluidos los trabajos de intervención llevados a cabo en el Centro Conservación y Restauración de la Consejería de Cultura y Turismo, en Simancas. Realizada la devolución, se ha encargado un estudio para una próxima intervención en el resto del conjunto. A lo largo del verano la obra restaurada será expuesta en las dependencias de la propia Basílica.
El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, ha presentado hoy, en la Basílica de Nuestra Señora de la Encina de Ponferrada, la restauración de uno de los seis espejos de procedencia veneciana del Camarín de la Virgen de la Encina, que ha llevado a cabo el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León. Estas piezas, que estuvieron colgadas en el Camarín de la Basílica, fueron retiradas a un almacén por su delicado estado de conservación, a la vez que se realizaba la restauración arquitectónica del citado Camarín.
La Basílica de Nuestra Señora de la Encina acoge a la patrona del Bierzo y su imagen preside la hornacina central del retablo mayor del presbiterio. Su veneración hace necesario crear un espacio para atender a la imagen, el Camarín, el lugar donde las camareras de la Virgen engalanan y cuidan a su patrona. Por ello, se colocaron en sus muros seis espejos venecianos. Este inusual conjunto de gran valor artístico se atribuye a una donación de Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, en el siglo XVIII.
Estudios previos
El espejo seleccionado para ser intervenido presenta diversidad de materiales: madera, hierro, vidrio de diferentes características y tejidos. La técnica de fabricación responde a la tradición veneciana: asentamiento de piezas de vidrio plano y entorchado,ancladas a un alma interna de madera que garantiza la resistencia estructural del conjunto.
La principal alteración de la pieza intervenida era la pérdida de elementos originales de vidrio, si bien habría que destacar también la mala conservación que presentaba buena parte del “azogado” o “espejado”, puesto que la propia técnica de elaboración de la época, una amalgama de estaño y mercurio, dificulta su correcta adherencia a la superficie de vidrio sobre el que se asienta y su alteración se ve incrementada por la exposición a altos porcentajes de humedad.
Intervención de conservación y restauración
Los trabajos coordinados con el Rector de la Basílica, se han realizado en varias fases: traslado del espejo al Centro de Conservación y Restauración de la Junta; documentación, identificación y desmontaje de aquellos elementos originales con riesgo de desprendimiento, toma de muestras para analizar en laboratorio; eliminación de depósitos superficiales y de sistemas de anclaje inapropiados; limpieza química: eliminación de depósitos adheridos a la totalidad de los vidrios, que enmascaran el color, el brillo y transparencia propia a este tipo de soportes y eliminación de productos de corrosión de los elementos metálicos de anclaje.
Se han utilizado distintas técnicas de caracterización químico-física que permiten un estudio sistemático de la composición, estructura y parámetros tecnológicos de los materiales, así como de su estado de conservación. Estos estudios se han realizado tanto en los laboratorios del propio Centro de Simancas como en el Instituto de Historia. Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, aportando valiosa información para la recuperación de este magnífico espejo, tarea en la que ha intervenido un amplio equipo interdisciplinar.
Actuaciones finales y nuevas propuestas
El espejo ha sido colocado junto a otro de los que esperan una próxima restauración. Dada la peculiaridad y singularidad en lo referente al estado de conservación de estas piezas, la Junta ha iniciado el procedimiento para que de forma inmediata, se realice un estudio de cada uno de los espejos restantes y se elabore a partir de la experiencia que se presenta una propuesta de intervención sustentada en los criterios técnicos contratados.
- Texto y fotografías: comunicación jcyl