La delegada territorial ha firmado el acta de inicio de las obras de consolidación de los restos que permanecen y conforman parte de las estructuras de tránsito y aporte de materiales a los altos hornos.
Castilla y León | 26 de octubre de 2022. La delegada territorial de la Junta en León, Ester Muñoz, ha firmado el acta de inicio de las obras de consolidación de los restos que permanecen en pie y que conforman una parte de las estructuras de tránsito y aporte de materiales a los altos hornos de la ferrería, acompañada de la jefa de Servicio de Cultura, Amelia Biaín, y el alcalde de Sabero, Francisco Javier García Álvarez.
Actualmente estos restos se encuentran aledaños al edificio Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, exentos de cualquier otra edificación, y corresponden a las estructuras sobre las que circulaban las vagonetas para abastecer los altos hornos de la ferrería, y que son los vestigios que quedan en pie de la citada estructura. La Junta ha destinado 28.468 euros, donde se incluyen tanto la ejecución como los honorarios técnicos.
Horno Alto del Museo de la Siderurgia y la Minería
A principios del siglo XIX, en algunos países europeos se empezaron a construir grandes instalaciones siderúrgicas con un nuevo concepto urbanístico industrial basado en una arquitectura específica para la producción industrial. Complejos cuya configuración urbana estaría concebida para ofrecer todo tipo de servicios, tanto para los trabajadores como para los directivos (hospitales, farmacias, casas, colmados de alimentación y el propio lugar de trabajo). Es una muestra latente de una singular arquitectura neogótica, de una primera industria siderúrgica y de los adelantos técnicos de la época.
Fue la primera ferrería en emplear altos hornos alimentados con carbón mineral (cok) en España así como en traer las maquinarías que estaban revolucionando Europa.
Los Altos Hornos de la Ferrería de San Blas empezaron a construirse el 14 de marzo de 1846. Una construcción formada por dos cuerpos troncocónicos de ladrillo refractario unidos por su base. Tenían 16 metros de altura, 2,24 metros de diámetro en el cargadero, 4.5 metros en la parte más ancha del vientre y 37 centímetros en el crisol. Estos altos hornos trabajaban ininterrumpidamente y la gran novedad era que utilizaban como combustible el carbón de cok que facilitaba y aceleraba la obtención de grandes cantidades de hierro.
A finales del siglo XX los dos hornos altos, y el resto de las instalaciones de este patio, fueron desmontadas por la empresa Hulleras de Sabero y Anexas, construyendo en uno de sus laterales viviendas para los mineros y permaneciendo el resto del espacio como patio de juegos del colegio de esta empresa.
La Ferrería de Sabero fue declarada bien de Interés Cultural en 1991. Tras ello se procedió a la restauración del conjunto por parte de la Junta de Castilla y León, con el objetivo de crear el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, y a realizar importantes trabajos de recuperación y restauración de la nave de forja y laminado de la Ferrería de San Blas. Sin embargo, los trabajos realizados no alcanzaron al denominado patio de los hornos altos, donde se ubicaban los dos hornos.
Posteriormente se realizaron trabajos arqueológicos financiados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, que afloraron las bases de los hornos altos, de los cubilotes de fundición, la red de canales que recogían el hierro fundido y que permitieron una visión esquemática pero completa de este sector de la ferrería.