La Junta de Castilla y León ha comprado a la heredera del director de cine salmantino la colección que Patino depositó en la Filmoteca de Castilla y León en 1998. De este modo se garantiza que el conjunto de linternas mágicas permanezca unido.
Salamanca | 23 de noviembre de 2023. La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte tiene el propósito de mantener el conjunto de bienes vinculado al patrimonio cultural de la Comunidad de Castilla y León, por lo que ha resuelto el expediente de contratación para adquirir la colección, integrada en la exposición “Artilugios para Fascinar” de Basilio Martín Patino, que el director de cine fallecido en 2017 depositó en la Filmoteca de Castilla y León.
Basilio Martín Patino realizó el primer depósito en Salamanca en 1998: son 1.616 objetos de proyección y visionado, linternas mágicas y otros artilugios relacionados con los orígenes de la cinematografía, además de medio millar de imágenes en distintos soportes. Cristales de linterna mágica, zootropos, daguerrotipos y muchas películas de distintas épocas que conformaban una colección particular adquirida por el cineasta de Lumbrales durante décadas. De ellos, se exponen alrededor de 300.
Las piezas de la colección han sido restauradas, catalogadas y documentadas desde que se depositaron en el centro. El propósito de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha sido siempre el mantenimiento y la difusión de la colección. De hecho, y dada su singularidad, las piezas se exponen en la Filmoteca de manera permanente en la muestra “Artilugios para Fascinar”, que también tiene piezas de los herederos de Luis González de la Huebra, de los herederos de Fernando López Heptener, de los herederos de José Núñez Larraz y del Museo del Cinema de Girona. También contó con la colaboración de la Filmoteca Española y la Colección Tomás Mallol.
Basilio Martín Patino, especialmente vinculado a la Filmoteca de Castilla y León, estaba orgulloso de que sus piezas se conservaran y se exhibieran en el centro, que visitaba con frecuencia.
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha desembolsado 52.280 euros a la heredera de Martín Patino para hacerse con la colección, tras una tasación oficial que determina el valor de las piezas. De esta manera, el depósito temporal para a ser definitivo.
La colección de aparatos es parte destacada de los atractivos turísticos y culturales de Salamanca, por sus extensos horarios, sus talleres, visitas guiadas y dinamizaciones en torno a ella, fruto del proyecto didáctico y turístico diseñado por la Filmoteca.
Vida y obra de Martín Patino
Basilio Martín Patino nació el 29 de octubre de 1930 en Lumbrales (Salamanca). Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, donde creó el Cine Club Universitario, del que saldría la revista Cinema Universitario y las Primeras Conversaciones Cinematográficas Nacionales, en 1955. Poco después se trasladó a Madrid para estudiar Dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía, donde se tituló con la práctica Tarde de domingo. Después rodó los cortometrajes El noveno, Torerillos y su primer largometraje Nueve cartas a Berta, uno de los títulos emblemáticos del llamado Nuevo Cine Español. Con su segundo largometraje de ficción, Del amor y otras soledades vivió los problemas de la producción cinematográfica de la época y se retiró a buscar su modo de expresión más personal a través del montaje en el documental. Surgió así Canciones para después de una guerra, prohibida de manera inmediata por la censura. Prácticamente en la clandestinidad filmó Queridísimos verdugos y Caudillo, las tres obras que le consagrarían como un maestro del género documental.
Tras casi diez años sin rodar un largometraje estrenó en 1985 Los paraísos perdidos y Madrid, en 1987. Siempre estuvo atento a los avances de la tecnología audiovisual como herramientas que le proporcionaron nuevos modos de expresión. Surgió de esta búsqueda su primer largometraje en vídeo, La seducción del caos, en 1991 y en 1995 finalizó los siete capítulos de Andalucía, un siglo de fascinación. Con esta serie, en palabras de Juan Antonio Pérez Millán, quien estudió su obra en toda su profundidad, “Patino llevaba hasta las última consecuencias sus planteamientos sobre lo verdadero, lo falso y lo reconstruido en materia audiovisual, optando abiertamente por la fórmula genérica del llamado falso documental”.
Volvería a su Salamanca, a sus paisajes, su sociedad, y con ellos a la complejidad de su mundo de ficción con Octavia, en 1998, para regresar a Libre te quiero, al documental, y al último rodaje de su filmografía, no a su última película, que aguardaban en su cabeza junto a las revisiones aplazadas de los temas que han constituido su mundo expresivo.
El cine y la maestría de Patino ha sido reconocido ampliamente fuera de nuestras fronteras. Su influencia como analista de la imagen y como director ha sido decisiva en muchos directores de nuevas generaciones de cineastas.
La Filmoteca ha dedicado en 1991, en 1999, en París, y en 2015, junto a Filmoteca Española, sendos ciclos a sus trabajos como director. La última gran exposición dedicada a su figura y obra, con el título Pasión por el juego, fue organizada por la Universidad de Salamanca, la Fundación Basilio Martín Patino, la Filmoteca Española y la Filmoteca de Castilla y León, en 2020.