Llama la atención un cocodrilo colgado a la entrada de la iglesia, traído por el señor de la villa, y que fue muerto por los vecinos tras haber matado a una niña.
Esta iglesia es el mejor ejemplo de arquitectura gótica existente en la provincia, y una de las pocas que cubre todos y cada uno de sus tramos con bóvedas de crucería. Preside la capilla mayor un retablo de principios de XVII en el que se mezclan con buenas tallas de apóstoles y magníficos relieves, algunas imágenes anteriores procedentes de ermitas desaparecidas de la zona y que se han colocado en sus hornacinas.
Todo lo que conserva la iglesia queda empequeñecido cuando llegamos a la capilla del Licenciado Toribio, fundada en el primer tercio del siglo XVI por este miembro del consejo real de los Reyes Católicos. La entrada la cierra una reja de Juan Francés, y el testero lo ocupa un retablo atribuido a Diego Siloe y a Felipe Bigarny. En centro de la capilla lo ocupa el sepulcro del fundador y su esposa, sin duda también del taller de Siloe.
Llama la atención un cocodrilo colgado a la entrada de la iglesia, traído por el señor de la villa, y que fue muerto por los vecinos tras haber matado a una niña.