Platos tradicionales, productos de calidad, vinos de la tierra, el mejor queso curado de oveja del mundo y un restaurante, El Ermitaño, que posee el galardón culinario más importante.
Entre los muchos atractivos con los que cuenta la ciudad zamorana la gastronomía es uno de ellos. La materia prima de calidad es crucial a la hora de elaborar exquisitas recetas de carne y pescado, aunque su producto estrella es el pimiento, cocinado en diferentes versiones, y el queso, uno de ellos premiado como el mejor del mundo. Además, es tierra de grandes caldos que han obtenido la Denominación de Vinos Calidad de Valles de Benavente. Uno de los mejores lugares para degustar todos estos productos es el restaurante El Ermitaño, galardonado con una Estrella Michelin.
En una comarca definida por valles y vegas, no podía faltar en la mesa una amplia y variada muestra de los productos de la huerta, como las hortalizas y verduras. El producto estrella es el pimiento, que se puede presentar asado, frito, fresco o en conserva, pero también en uno de los platos más típicos de Benavente como son los pimientos rellenos de bacalao, carne picada, bechamel, etc.
Las carnes también sobresalen por su calidad, tanto las de vacuno como las de bovino y caprino. Dentro de la gastronomía local, cabe hacer una mención especial a los suculentos asados en horno de leña, como el tostón o cochinillo y el cordero lechal, asado en fuentes y hornos de Pereruela. Lo que tampoco puede faltar nunca en la mesa son los embutidos: chorizos, lomos, chicas o longanizas. Las tradicionales matanzas continúan celebrándose en todas las localidades de los Valles, y siguen siendo un rito y un acontecimiento familiar.
Gracias a la buena comunicación de Benavente con los puertos del noroeste, el pescado es un elemento fundamental en la carta. El ‘Bacalao a la Tranca’, al ‘Ajo Arriero’ o ‘a La Marcela’ son muy apreciados en la zona, al igual que las especies de río, como las truchas asalmonadas del Tera, los cangrejos de río o las ancas de rana.
Los quesos también son productos a destacar, ya que se hallan incluidos dentro de la Denominación de Origen ‘Queso Zamorano’. Se elaboran distintas clases, cada uno con características difirentes, convirtiéndolas en variedades únicas, como el de Ilbesa, que en 2010 recibió el premio al Mejor Queso de Oveja del Mundo entre 2.300 participantes de 20 países diferentes. También existen productores de miel y varias empresas dedicadas a la elaboración, producción y embotellado de orujos artesanos.
Entre los dulces más típicos cabe destacar los tradicionales ‘Feos’, elaborados con almendra, azúcar y huevo; las Rosquillas de Ángel o de las Monjas Bernardas, Rosquillas de Trancalapuerta, los Bollos de Coscarón, la Tarta Cister, los Besitos de coco, las Orejas de Carnaval, las Bombas, los Borrachos o la Tarta de la Veguilla, elaborada para conmemorar la fiesta local.
Pero Benavente destaca por algo más: entre sus restaurantes podemos encontrar uno con Estrella Michelin, El Ermitaño, que recuperó el preciado galardón en 2015, por su cocina de raíces castellanas y cuidadas presentaciones. Tal es su reputación que los hermanos Pedro M. Pérez y Óscar M. Pérez, chefs del restaurante, estarán presentes hoy 2 de junio en el programa ‘Noche de Estrellas’ que tiene lugar en Pagos del Rey Museo del Vino.
Además, por su climatología y tipo de suelo, en la comarca de Benavente y Los Valles se puede presumir de excelentes vinos. Están reconocidos con la denominación Vinos de Calidad Valles de Benavente. Se elaboran exclusivamente con excelentes variedades de uva y dan origen a unos caldos perfectos para acompañar cualquier ocasión que se precie.
La tradición vinícola tiene su ejemplo en la multitud de bodegas familiares existentes en todos los municipios de la comarca, algunas de ellas abiertas al público, como es el caso de Pobladura del Valle. Excavadas en la tierra por los propios viticultores, elaboran todos los años parte de su cosecha que destinan al consumo particular y al de su familia y amigos. Aunque los Valles de Benavente siempre se han caracterizado por los vinos rosados de aguja, actualmente también se producen caldos blancos, rosados y tintos, bien sean jóvenes o enriquecidos en barrica.