Versión clásica

La Fundación Cerezales Antonino y Cinia abre hoy la muestra «Anidar en el gesto: Unas estanterías de Alberto».

Una exposición colectiva con la participación de artistas cuyo trabajo explora los límites entre arte y artesanía.

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Fotografía: Fotograma de la entrevista realizada por Xavier Arenós y Ángel Calvo Ulloa a la investigadora Josefina Alix Trueba el 21 de mayo del 2022 en Madrid. Vídeo: Ada Cerdá.

La inauguración será este día 18 de diciembre, a las 12:00, en FCAYC, e incluirá una conversación abierta con el comisario, Ángel Calvo Ulloa, junto a algunos de los artistas que forman parte de la exposición. Este coloquio será una primera introducción a las fronteras difusas que históricamente se han dibujado y desdibujado entre arte y artesanía y que en múltiples ocasiones se han solapado hasta confundirse la una en la otra. Es por tanto la crónica de un dilema de difícil solución que se ha abordado de manera incansable y reiterada tanto por la práctica artística como por los estudios culturales de cada época y que a día de hoy sigue vigente.

Anidar en el gesto: Unas estanterías de Alberto es el resultado de una conversación iniciada hace más de dos años con su comisario y que se ha materializado en un proyecto que reúne el trabajo de diez artistas cuya trayectoria y producción se vinculan de manera específica con este debate histórico.

El desencadenante que articula el pensamiento de la muestra y la selección de artistas, es un gesto realizado por Alberto Sánchez (Toledo, 1895 – Moscú, 1962) en el Pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París de 1937. Tras instalar su escultura “El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella” (1937) el artista decide permanecer en París hasta concluir su montaje completo y ocupándose de manera específica del montaje de la sección de artes populares. La preocupación por la puesta en valor de estas piezas se hizo evidente tras la construcción de algunas de las singulares estanterías sobre las que se dispusieron algunas de las cerámicas en esta muestra.

Ulloa nos invita a reflexionar sobre los cruces de estos dos términos con una propuesta coral con diferentes perspectivas, técnicas y procesos creativos donde fotografía, escultura, documental, documentos de archivo o piezas textiles conversan entre ellas para volver a iniciar un debate sobre quién piensa, define y ejecuta, dónde reside el valor del objeto frente al proceso o qué ideas políticas y sociales permean en los objetos artesanos que habitualmente asociamos a la esfera de lo cotidiano.

Las piezas de Teresa Lanceta, Xavier Arenós, Claudia Fernández, Gareth Kennedy, Oriol Vilanova y Andrea Büttner compartirán espacio con las investigaciones de Nader Koochaki sobre Salvador Robles, las fotografías del etnólogo Emilio Araúxo, las conversaciones documentadas junto a la historiadora Josefina Alix Trueba o la obra del propio Alberto. Cada una de sus piezas se nos presenta hoy en Anidar en el gesto: Unas estanterías de Alberto como una oportunidad para identificar y/o sublimar los límites que hoy, tras infinidad de debates, siguen aún vigentes.

Breve texto contextual desde el área curatorial de la FCAYC

Una parte del trabajo de las instituciones culturales comprometidas con la producción de obras de arte se guía desde sus áreas curatoriales. Estas áreas realizan una labor de investigación y toman como referencia habitual el marco de la colección. En el caso de FCAYC, el área curatorial se despliega más allá del marco clásico y trata de diluir su labor de investigación de modo transversal en las distintas áreas y programas de FCAYC.

Anidar en el gesto: unas estanterías de Alberto pertenece a la línea de investigación curatorial de FCAYC denominada Fuera de campo. Esta línea complementa a otra vía de investigación, que responde al epígrafe Contexto. Si la segunda aborda la pregunta genérica acerca de qué se divisa, en cualquier plano, al mirar el mundo que nos rodea y sus relaciones desde un lugar en el medio rural de la montaña de León; la primera —Fuera de campo— busca acercar propuestas a FCAYC con una lectura menos directa, en lo conceptual y formal, que las que presenta Contexto. Ambas líneas de investigación se tensan de manera mutua.

Anidar en el gesto: unas estanterías de Alberto es un proyecto comisariado por Ángel Calvo Ulloa que trata de identificar la difusa línea que arte y artesanía desdibujan de manera reiterada hasta confundirse la una en la otra. Es por tanto la crónica de un dilema de difícil solución, abordado de manera incansable y reiterada por los estudios culturales de cada época.

 

Textos del comisario. Ángel Calvo Ulloa.

Partimos de un gesto: El protagonizado por el escultor Alberto Sánchez (Toledo, 1895 – Moscú, 1962) en París, entre abril y septiembre de 1937. Allí, tras el montaje de su escultura “El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella” para el Pabellón de la República Española, Alberto permaneció en la ciudad hasta que los trabajos finalizaron y el pabellón pudo ser inaugurado ocupándose, entre otras cosas, del montaje de la sección de artes populares cuya huella se evidencia en la construcción de algunas de las estanterías sobre las que se dispusieron parte de las cerámicas pertenecientes a las colecciones cedidas por los intelectuales Ceferino Palencia y de José María Giner Pantoja.

Las estanterías de Alberto, de formas redondeadas y fluidas, que inevitablemente se relacionaban con la pintura y la escultura surrealistas, concretamente de la Escuela de Vallecas, dejaban claro que la labor del artista no se redujo a “echar una mano”, sino que estas terminaron por convertirse –sin ser firmadas ni pretendiendo ganar protagonismo, porque de hecho su manufactura fue durante décadas una incógnita- en una pieza más de las que Alberto mostró en aquel pabellón. Si retorcemos un poco más el relato, resulta altamente sugerente ver el trabajo del artista renombrado, al que habían otorgado uno de los espacios protagonistas de la exposición, poniendo sus formas al servicio de la muestra de arte popular que ocupó, entremezclada con los fotomontajes firmados por Josep Renau, una de las plantas del edificio de Sert y Lacasa. De ahí lo insólito de aquellas estanterías, pero más que las estanterías, lo inusitado del gesto del artista que asumía un compromiso, aplazando su vuelta a casa para conseguir poner en marcha aquel proyecto colectivo que buscaba desesperadamente lograr visibilidad y recabar apoyos para frenar el avance del levantamiento fascista en España.

La búsqueda del lugar que ocupa lo popular en el arte es ya una vieja reflexión, podríamos irnos a Gramsci y a sus textos sobre la cultura popular enunciados desde la teoría marxista; a Adorno y a su concepto de «industria cultural» frente a la noción de cultura de masas; a Antonio Machado y su poesía del pueblo; a Luis Seoane e Isaac Díaz Pardo y sus escritos sobre artes decorativas y la importancia que el arte popular tuvo en el programa del Museo Carlos Maside y en la fundación del Laboratorio de Formas de Galicia; a los textos del propio Alberto o de Ángel Ferrant; la poesía-pueblo de Isabel Escudero, los montajes expositivos y escritos sobre estas manifestaciones que abordó la arquitecta Lina Bo Bardi en Brasil; también a los de Ernesto de Souza cuando se interesó por los «barristas» portugueses, o a los montajes que Jean Dubuffet realizó para diversas muestras de arte popular en la Galería Drouin de París. Por supuesto el modo en que muchos de ellos y ellas han abordado esta cuestión, puesto hoy en día bajo aguda observación, despierta amplios interrogantes. No obstante, es indudable la importancia de cada una de estas aportaciones en sus respectivos momentos históricos, y por supuesto los casos citados representan sólo una muestra sucinta y obviamente subjetiva.

Partiendo de estas premisas Anidar en el gesto: Unas estanterías de Alberto se planteó inicialmente mediante una doble invitación a los artistas Teresa Lanceta y Xavier Arenós, motivada por el interés hacia su labor como creadores en relación con las artes populares y con la vanguardia artística española de las décadas de 1920 y 1930. Tras ellos, y como resultado de un proceso de trabajo en estrecha colaboración con el equipo de la Fundación Cerezales Antonio y Cinia al completo, fueron poco a poco vinculándose nuevas voces al proyecto, extendiendo a los y las artistas Claudia Fernández, Gareth Kennedy, Oriol Vilanova o Andrea Büttner los siguientes convites, basados estos en trabajos que de algún modo se conectaban a la perfección con los presupuestos manejados, aportando otras visiones y destapando nuevos puntos de fricción. A este grupo se vincularon también las voces de Salvador Robles, traído por medio de la larga investigación del artista Nader Koochaki; así como las del etnólogo Emilio Araúxo, la historiadora Josefina Alix Trueba o el propio Alberto Sánchez.

Llegado este punto, estamos quizás en condición de afirmar que el gesto de Alberto excede sus estanterías. Sus modos de entender y hacer planean sobre su obra, pero también sobre su actitud frente a la vida. Por eso la visión se amplía y se buscan otros gestos, otros guiños que vinculen a ese Alberto que, como un operario más, construye los dispositivos de ese pabellón hoy mitificado, y desciframos que el gesto anida también en su obra como artista.

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