Janucá es una celebración de ocho días y ocho noches que en Israel tiene un sentido especial: el país mediterráneo se llena de actividades y ritos tradicionales para rendir homenaje a la Fiesta de la Luz, que este 2019 se está celebrando desde el 23 hasta el 30 de diciembre.
Aunque es una celebración reconocida, está repleta de pequeñas singularidades de interés, algunas aún desconocidas:
Un origen milenario
La fiesta de Janucá nace de un milagro durante la liberación de los macabeos de los dioses griegos (siglo II a.C). Cuando volvieron – en libertad – al Templo de Jerusalén, descubrieron que solo había suficiente aceite para que la Janukia, el candelabro de siete brazos, se mantuviera un solo día encendida. Según la leyenda, finalmente quemó durante ocho días, el tiempo necesario para preparar más aceite, motivo por el cual la Fiesta de la Luz dura ocho días y noches.
Los símbolos de una festividad icónica
El emblema de Janucá es la Janukia, que se enciende durante los ocho días que se alarga la fiesta, encendiendo una vela más cada noche. En Israel, en las casas y locales . Además, caminando por las ciudades, se pueden ver distintos modelos de Janukias, desde versiones más tradicionales hasta más modernas.
Las fechas de Janucá cambian cada año
Igual que en otras festividades judías, Fiesta de la Luz rara vez empieza en la misma noche cada año. Esto se debe a que el calendario hebreo es lunar y se guía por las fases de la luna. Por ejemplo, Janucá puede celebrarse en fechas tan dispares como finales de noviembre o durante la Navidad cristiana, como ocurre este 2019.
Una fiesta repleta de dulces simbólicos
Durante estas fechas entrañables, es también tradición reunirse con amigos para comer y celebrar juntos Janucá. Uno de los imprescindibles de la mesa son los manjares aceitosos conocidos como sufganiyot, unas berlinas fritas y rellenas de mermelada. El nombre alude a la palabra hebrea sefog, que significa “esponja”. Esto hace referencia a que, durante estas fiestas, se debe tratar de “absorber como una esponja” la luz Divina.
La carrera para encender la primera vela
Entre los eventos especiales en Israel durante Janucá está la carrera anual de relevos de portadores de antorchas desde la ciudad de Modi’in, en las colinas de Judea, hasta el Muro Occidental, en Jerusalén. Los participantes se pasan entre ellos las antorchas por las calles, ha una de ellas al Gran Rabino, que encenderá la primera vela de una gran Janukia.
Los juegos de Janucá
Durante Janucá, es habitual que los niños judíos jueguen con un dreidel. La razón es histórica, ya que este artefacto existía en los tiempos de Antíoco, el rey que prohibió el estudio de la Torah. En aquel entonces, los judíos se reunían a estudiar en secreto y, si veían que un soldado griego se acercaba, sacaban rápidamente sus dreidels y aparentaban jugar con ellos.
Una tradición adaptada a una ciudad cosmopolita
Tel Aviv es un municipio joven, moderno y mediterráneo: tres adjetivos con los que se ha ganado apodo de ‘la urbe que nunca duerme’. Es por ello que, en la ciudad mediterránea, Janucá se vive con el espíritu festivo que caracteriza la ciudad. El 22 de diciembre se celebró el Light Up TLV, un festival con actuaciones de música en directo y actividades para niños ubicado en el parque de la Independencia. Además, hubo una enorme pista de patinaje de hielo los días 22 y 23 de diciembre durante su Festival de Invierno.
Janucá significa “consagración” y también «inauguración»
Ambas acepciones hacen que la Fiesta de la Luz sea una de las celebraciones más alegres y emocionantes en Israel y también en todo el mundo judío. Esta alegría se debe en gran parte al entusiasmo de los más pequeños de la familia, que están acostumbrados a recibir regalos durante estos días.