El Museo de Zamora acoge ahora el resultado de esta sugerente reflexión artística y propicia el encuentro con algunas obras pictóricas de su colección histórica que protagonizan anacoretas, ermitaños y ascetas.
Museo de Zamora. Obras de pintura, dibujo y escultura componen la muestra de Julián Valle (Aranda de Duero, 1963) que, bajo el título de “El tejido del mundo”, puede visitarse en el Museo de Zamora desde el pasado 21 de noviembre.
Disciplinas y enfoques diversos que profundizan en una de las constantes en la obra del autor burgalés, el paisaje, y junto a él en otros conceptos asociados como el territorio, su transformación cultural por las comunidades humanas que lo habitan, la arquitectura vernácula y otros aspectos relacionados con su historia.
En esta ocasión, el interés se centra en un paisaje histórico concreto, los santuarios y eremitorios rupestres altomedievales, espacios religiosos con los que el artista se siente conectado espiritualmente y con los que establece un vínculo íntimo. Los paisajes culturales de Julián Valle se transforman en paisajes vitales y son expresión de la comunión entre autor y naturaleza, “entre el camino del arte y el de la vida”, en sus propias palabras.
El Museo de Zamora acoge ahora el resultado de esta sugerente reflexión artística y propicia el encuentro con algunas obras pictóricas de su colección histórica que protagonizan anacoretas, ermitaños y ascetas.
Procedentes de las comunidades religiosas que los procesos desamortizadores del siglo XIX suprimieron y origen de los museos provinciales, ofrecen otra lectura de la conexión espiritual y privilegiada del ser humano a través de un paisaje de renuncia material y despojo de todo lo que es superfluo. La diferencia cultural y cronológica de ambas propuestas, una actual y otra barroca, plantea sin embargo una sorprendente afinidad conceptual que relaciona la historia, la naturaleza y el retrato interior.