Ocho rutas para conocer las huellas benedictinas por la provincia.
En el marco de la pasada Feria Internacional del Turismo (FITUR), el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, presentó la Guía del Camino Benedictino, una publicación digital e interactiva en la que la naturaleza tiene un marcado protagonismo, sin olvidar que el patrimonio de la provincia y su indudable valor dentro del turismo religioso la hacen ser una referencia a nivel nacional. En esta presentación Villalobos estuvo acompañado por el alcalde de Castilblanco de los Arroyos, José Manuel Carballar Alfonso.
Villalobos puso sobre la mesa la importancia de este tipo de actividades turísticas y naturales, y ha sostenido que el documento que se presenta es «no solo una guía para conocer el legado religioso o patrimonial, sino también una oportunidad para conocer la provincia de este a oeste con un recorrido seguro y distinto”.
Esta publicación da a conocer la importancia de la devoción que la provincia de Sevilla profesa a San Benito Abad, exponiéndola en su entorno cultural, porque la provincia, como ha recordado el presidente, puede presumir de ser un territorio es muy “sambenitero”, como así se denominan sus devotos, romeros en el camino a las iglesias y ermitas en las que se venera al santo patrón benedictino.
“La Diputación de Sevilla no es ajena a la importancia que el turismo religioso tiene en España, ya que genera 9.800 millones de euros en ingresos y 134.000 empleos”, ha subrayado, para indicar, además, que este Camino tiene vocación de unir territorios, “por lo que una de sus etapas enlaza con la localidad onubense de Nerva, e incluso tiene conexiones con Vilanova de San Bento, en la comarca portuguesa del Bajo Alentejo”.
El camino llega a Sevilla desde Nerva por El Castillo de las Guardas, para seguir hacia Gerena por la antigua vía romana de la Plata, pues en este municipio se venera desde antiguo a San Benito, custodiando además una reliquia del santo de Nursia, aunque si hay una población sevillana que tiene especial devoción y como patrón a San Benito Abad, ésta es Castilblanco de los Arroyos, “que a su vez se ha convertido en foco que irradia a toda la provincia”.
Uso interactivo
La guía no es solo un documento de consulta, sino que se puede usar de forma interactiva, ya que permite usar el dedo índice para navegar, y muestra, mediante códigos QR, las distintas etapas que se pueden recorrer, todo ello mediante un sistema inteligente que permite “que se adapte al navegador de nuestro móvil, y nos va indicando tanto el recorrido como los puntos de interés que nos podemos encontrar”.
Sus promotores han distribuido el recorrido total en 8 etapas, que recorren un total de 12 términos municipales de otros tantos pueblos de la provincia, mediante “rutas versátiles, que permiten al visitante recorrer los caminos a pie, a caballo o en bicicleta, con una dificultad escasa, de modo que cualquier persona la pueda realizar, con 210 kilómetros de turismo religioso en plena naturaleza.
Las etapas son las siguientes:
- ETAPA 1: El Castillo de las Guardas-La Aulaga-Arroyo de la Plata.
- ETAPA 2: Arroyo de la Plata-El Garrobo-Gerena.
- ETAPA 3: Gerena-Guillena-Burguillos
- ETAPA 4: Burguillos-Castilblanco de los Arroyos
- ETAPA 5: Castilblanco de los Arroyos-Burguillos-Alcalá del Río
- ETAPA 6: Alcalá del Río-Brenes-Villaverde del Río
- ETAPA 7: Villaverde del Río-Cantina-Tocina y Los Rosales
- ETAPA 8: Tocina y Los Rosales La Campana
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Algo más que religión
Para el presidente provincial, los caminos benedictinos no son solo punto de encuentro de turismo religioso, sino “un proyecto para enlazar Europa rememorando una de las vías en las que se fundamentó su identidad”, con la particularidad de que la devoción a este santo se reparte por varios rincones de la provincia, con manifestaciones como hermandades de gloria o romerías. Incluso, “en Sevilla capital cuenta con un grupo de fieles en la parroquia de San Francisco de Asís”.
Rodríguez Villalobos ha puesto el acento en que se trata de una devoción con mucha historia en la provincia, y sus inicios se encuentran en torno a los inicios del siglo VI, en San Juan de Aznalfarache, aunque hay documentos que acreditan que años antes había una abadesa en Écija, Santa Florentina, que profesaba la devoción al santo.
Por todo ello, realizar la ruta supone conocer mucho más el legado de un santo que nació en Perugia (Italia) en el año 480. Su festividad se celebra cada 11 de julio, y es patrón de Europa desde que lo declaro como tal el Papa Pablo VI en 1964.
