El nombre de Campaneiros tiene su razón en las campanas, (cencerros, esquilas y tupios, o «chocallos»), que estos personajes portan colgados de sus cinturas para mayor estruendo y agitación de los chiquillos.
La asociación Cultural Trimuella organiza este fin de semana la ancestral mascarada de invierno “Campaneiros” en la localidad de La Cuesta.
Una tradición que antaño gozaba de gran tradición en la zona de Cabrera, conocida por varios nombres, casi uno por cada pueblo, Campaneiros, Campanones y Trapisacos en Cabrera Alta; y Remixacos, Farramacos y Mantarracos en Cabrera Baja, que actualmente ya no se mantiene en ninguno de sus pueblos al haberse extinguido.
Los Campaneiros se cubren los cuerpos con pieles de ovejas o perros, capotes, trapos viejos o mantarrones, etc…Para cubrir la cara y la cabeza se fabricaban caretas o caperuzas con agujeros para los ojos, muchas veces un simple saco con dos agujeros para poder ver, con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales, o de cualquier cosa que pudiera asustar. En ocasiones también se ponen cuernos sujetados con una estructura de madera y piel de carnero a modo de representación del ganado. Cuando no tenían cuernos de vaca los sustituían por varas de madera que los rapaces tallaban.
El nombre de Campaneiros tiene su razón en las campanas, (cencerros, esquilas y tupios, o «chocallos»), que estos personajes portan colgados de sus cinturas para mayor estruendo y agitación de los chiquillos. Como todo esfuerzo tiene su recompensa, tras realizar este peculiar pasacalles, los vecinos del pueblo les dan huevos, chorizos, y otros alimentos, incluso dinero, con lo que los mozos celebraban una cena.
Este traje ha evolucionado muy poco, en comparación con otros de comarcas cercanas, manteniéndose prácticamente la misma estructura, únicamente se añadió un sombrero con tiras de papel de colores en su parte posterior en los años 60 para mejorar el soporte de las caretas de piel.
El primer paso dado ha sido la recuperación de los campaneiros, que después de varios intentos, la asociación ha conseguido una máscara original realizada por la señora Duli Oteruelo de la localidad cercana de Pozos. A continuación se realizó la figura del toro, un armazón con los cuernos, que ha sido construido por Joaquín Lobo, siguiendo las indicaciones de los más mayores. La Vieya del monte también es otro personaje que se ha recuperado en esta ocasión que era la encargada de llevar el aguinaldo.
El último personaje, la señorita, ha sido imposible de recuperar por cuestiones de costes, ya que este personaje llevaba las mejores galas del pueblo y la asociación que se autofinancia, no dispone de medios económicos, pero seguirán tratando de hacerse con ellos para recuperar todos los personajes.