La añada 2017 de la Denominación de Origen Toro ha sido calificada esta mañana como ‘excelente’ en el marco de la Feria del Vino de Toro, que se celebra este fin de semana en el coso de la localidad zamorana.
Un panel compuesto por 70 catadores, entre los que se encontraban sumilleres, enólogos, periodistas, prescriptores y otros profesionales del sector, ha probado 12 muestras representativas de vinos de Toro, un vino blanco joven, un vino blanco con barrica, tres tintos jóvenes y 10 tintos con barrica.
Durante la presentación de la Feria del Vino de Toro y el anuncio del resultado de la calificación de añada, el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, Felipe Nalda, ha estado acompañado por el alcalde de Toro, Tomás del Bien; por la presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín Pozo; por el vicepresidente y diputado de Turismo en Zamora, José Luis Prieto; por el vicepresidente de la Diputación de Valladolid y diputado de Igualdad, Conrado Íscar Ordóñez; por el viceconsejero de Desarrollo Rural y director del Itacyl, Jorge Llorente; así como por el Delegado Territorial en Zamora de la Junta de Castilla y León, José Alberto de Castro y por la presidenta de la Ruta del Vino de Toro, Beatriz Fernández.
Felipe Nada, después de trasladar su agradecimiento a todos los asistentes, ha explicado que en lo que va de año, las ventas de los vinos de la D.O. Toro han aumentado un 22% con respecto al mismo periodo del año anterior. Un logro que achaca a los “profesiones, con mayúsculas, que en conjunto logran posicionar el vino de Toro en los mejores mercados nacionales e internacionales y hacen que cada año las ventas de nuestros vinos aumenten”.
El presidente de la D.O. Toro también ha hecho referencia a los retos a los que se está enfrentando el Consejo Regulador, como la adaptación a la norma europea enac17065 por la que la entidad vitícola pasará a ser un ente certificador. Nalda ha aprovechado para recordar que los cambios en el pliego de condiciones sobre la densidad de plantación surgen de la necesidad de “preservar nuestro gran tesoro que no es otro que el viñedo viejo y ancestral de Toro”.
La presidenta de la Diputación de Zamora, Mayte Martín Pozo, ha ratificado su apoyo al Consejo Regulador de Toro, a la vez que ha anunciado que este año la entidad provincial va a ir “un poquito más allá” a través del Patronato de Turismo con una línea de ayudas para las Rutas del Vino de la provincia. “Se trata de la primera vez que la institución provincial lanza esta línea de ayudas porque queremos que sea un aliciente más para conseguir esa certificación como Ruta del Vino y para conjugar la gastronomía y el turismo”, ha explicado.
Jorge Llorente, viceconsejero de Desarrollo Rural y director del Itacyl, ha querido recordar durante el evento el considerable aumento de las ventas experimentado durante el año 2017, así como la consolidación de las ventas de los vinos de Toro en el mercado internacional. “Actualmente el 36% del vino que se vende de Toro está destinado al mercado exterior, una de cada tres botellas. El año pasado las ventas se incrementaron un 20% la exportación en volumen y un 24% en valor, lo cual indica esa tendencia tan positiva y la profesionalidad de los viticultores y bodegueros”, ha reseñado Llorente.
Llorente ha trasladado la intención de la Consejería de Agricultura de ayudar a los elaboradores “en la modernización de sus explotaciones, a seguir manteniendo el patrimonio natural en el viñedo, a modernizar las instalaciones, a exportar y, en definitiva, a promocionar el vino”.
2017, una añada marcada por la sequía
Tras el anuncio de la calificación de la añada 2017 el director técnico del Consejo Regulador de la D.O. Toro, Santiago Castro, ha dado una pinceladas de las características de la cosecha. Lo más relevante fue la disminución de las precipitaciones con respecto al año anterior del 24,7%, aunque el porcentaje baja a un 4,6% si se tiene en cuenta la media de los últimos 11 años.
La brotación se produjo unos 10 o 12 días antes con respecto a 2016 y la heladas registradas a finales de abril y principios de mayo afectaron al 15% de la cosecha de la D.O., sobre todo en las zonas más altas.
La falta de agua provocó que durante la vendimia se recogiese un 31% menos de kilos de uva, sin embargo, de una calidad excepcional.