Se establecen refuerzos de entre el 14% y el 35% en Metro, autobuses interurbanos y EMT. El incremento de la oferta de transporte se acompasará a la incorporación progresiva de los estudiantes y al retorno a la actividad laboral. Metro refuerza el control de aforos y limitará el acceso a andenes y estaciones ante incidencias que puedan provocar gran concentración de viajeros. El consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras presenta los refuerzos y medidas en el transporte público.
La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha el plan de movilidad #PorUnaVueltaSegura para el inicio del curso académico y el retorno de la actividad laboral. Como novedad, y ante la situación provocada por el coronavirus (COVID-19), los refuerzos en el transporte público comienzan desde el primer día de septiembre y se ponen en marcha nuevas medidas para reforzar el control de aforos en Metro, donde se limitará el acceso a estaciones y andenes de manera puntual ante episodios de gran afluencia de viajeros.
“Apostamos por una movilidad segura y sostenible en el transporte público. Por eso hemos diseñado un refuerzo de la oferta que este año comienza desde el primer día de septiembre para atender tanto a la incorporación progresiva de los alumnos a las clases como al regreso al trabajo tras las vacaciones”, ha explicado el consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, en la presentación del plan, en el puesto de mando de Metro de Madrid.
En la actualidad, la demanda en la red de transporte público de la Comunidad de Madrid es un 40% inferior a la habitual en esta época del año, con 1,8 millones de viajes diarios. Sin embargo, esta semana ya se ha producido un ligero repunte en el número de viajeros, especialmente en la hora punta de la mañana, que concentra hasta el 20% de la demanda diaria.
Por este motivo, se ha diseñado un plan de refuerzo de la oferta en los distintos modos del transporte que será progresivo a lo largo del mes de septiembre, en sintonía con la estrategia para el inicio del curso escolar de la Comunidad de Madrid y que implica una incorporación paulatina de los alumnos.
Refuerzo progresivo
Así, en esta primera quincena de septiembre, el incremento de la oferta es de entre un 14% y un 35% en Metro, en los autobuses de la EMT de Madrid y en los interurbanos de la red del Consorcio. Los refuerzos son mayores en las horas punta, con hasta un 20% en el caso de Metro, hasta un 21,6% en los autobuses interurbanos y hasta un 35,5% en los de la EMT.
En la segunda mitad del mes, cuando se incorporarán la mayor parte de estudiantes, la oferta se incrementará hasta un 28% en Metro y un 25,4% en interurbanos. La EMT sumará 437 autobuses progresivamente hasta completar el 100% de la oferta del periodo de invierno desde el próximo día 20 y activará las líneas universitarias (líneas A, E, F, G, H y U).
En todo caso, como es habitual, el Consorcio Regional de Transportes hace un seguimiento en tiempo real de la evolución de la demanda y el número de viajeros por lo que, si es necesario, se ampliará la oferta prevista.
Nuevas medidas en metro
Garrido también ha avanzado otras medidas nuevas que se ponen en marcha en Metro, reforzando el control de aforos. Así, se limitará el acceso a estaciones y andenes de manera puntual en episodios de gran afluencia de viajeros (por ejemplo, ante posibles averías o incidencias en la red), hasta que se normalice la situación. Estas medidas serán asistidas por personal del suburbano y se informará a los usuarios a través del sistema de megafonía.
El suburbano madrileño sigue extendiendo también el sistema de control automático de aforo, que ya está operativo en 225 estaciones. Este sistema opera mediante las validaciones de los tornos de entrada en los tres tramos de hora punta del día.
Además, va a ampliar de 12 a 22 estaciones el dispositivo de supervisión de aforo en el que participan más de un centenar de personas entre técnicos, personal de estación y de seguridad.
Asimismo, se ha establecido un protocolo que contempla la posibilidad de que los trenes hagan recorridos en bucle: trayectos más cortos para reforzar el servicio en los tramos de línea con más afluencia, mejorando así la frecuencia de paso y reduciendo los tiempos de espera.
“Nuestra prioridad es garantizar que el servicio de Metro se presta con las mayores garantías para los viajeros, asegurando una movilidad rápida”, ha insistido Garrido. Los viajeros también pueden planificar su viaje a través de la app de Metro, en la que se indica los minutos de paso de cada tren y el nivel de afluencia de pasajeros en cada estación.
El consejero ha recordado que, a día de hoy, no se ha registrado ningún brote de COVID-19 relacionado con el uso del transporte público y que se está cumpliendo con las indicaciones de las autoridades sanitarias, que establecen el uso obligatorio de mascarilla y que fijan unos niveles de ocupación del 100% de las plazas sentadas y de hasta 3 personas por metro cuadrado de pie en el caso de los espacios reservados para ello. Unos parámetros similares para todos los medios de transporte.
“En el transporte público, la referencia no es la distancia de seguridad sino el factor de ocupación, según han establecido las autoridades sanitarias”, ha apuntado.
Espacio seguro
Garrido ha recordado que estudios realizados en países como Francia, Reino Unido, Japón o China han demostrado que la probabilidad de contagio en el transporte público es muy reducida, con tasas de entre el 1% y el 0,005% según los informes consultados. Esto es debido tanto a las medidas de prevención puestas en marcha desde el inicio de la pandemia por los operadores de transporte público, como por las características de los vehículos y el comportamiento de los usuarios.
Así, los factores que reducen el riesgo de contagio en el transporte público son el uso obligatorio de la mascarilla, las limpiezas y desinfecciones intensivas, así como los sistemas de ventilación. En Metro de Madrid, por ejemplo, en hora punta se renueva el aire cada hora entre 24 y 44 veces, según el modelo de tren. Es decir, como mínimo cada 2,5 minutos.
También se señala como un factor de reducción de riesgo el propio comportamiento de los viajeros en el transporte público, ya que la interacción entre los viajeros es menor que en otros ámbitos (trabajo, hostelería, familia, ocio…).