La zamorana Virgen del Tránsito también es conocida como la Virgen dormida. Durante todo el día el convento del Corpus Christi acogió la ofrenda floral.
Para conmemorar el 400 aniversario de su aparición y coincidiendo con la festividad de la Asunción de la Virgen María a los cielos, en Zamora, esta fiesta es conocida como la del tránsito de esta vida a la del cielo, se celebró una procesión extraordinaria por las calles de Zamora tras la misa conmemorativa oficiada por el Obispo de la Diócesis.
La procesión salió del Convento del Corpus Christi para ir a la Plaza Mayor y tras recorrer diversas calles regresó al Convento, procesión que fue seguida por cientos de zamoranos
La leyenda de la Virgen del Tránsito
En las postremidades del siglo XVI unos zamoranos caritativos, doña Ana Osorio y don Juan de Carvajal, donaron su hacienda para la constitución de un convento de monjas Descalzas de la Regla de Santa Clara según se cuenta en la web www.tierradelpan.com
El Obispo de Zamora al recibir el encargo juzgó que las más adecuadas para esta obra serían las Descalzas de Gandía, y así se lo hizo saber a través de un emisario.
En Gandía reciben la noticia con júbilo y se ponen de camino para llevar a cabo la orden encomendada. Anduvieron por duros caminos durante semanas hasta que llegaron a Zamora, pero una crecida del Duero les impidió acceder a la ciudad por lo que se refugiaron unos días en el convento de los padres jerónimos.
Una vez establecidas en el nuevo convento, la comunidad con su madre priora sor Ana, al frente, añoraban la imagen de Nuestra Señora, en recuerdo a la habida en el convento de Gandía, por lo que todos los días rogaban a Dios que se les hiciera realidad su anhelo.
El Convento del Transito o del Corpus Christi, es el templo en el que se venera la Virgen del Transito. Según la tradición dice que el día 2 de mayo de 1619 a las ocho de la mañana dos peregrinos procedentes del Camino de Santiago pidieron cobijo en el convento. Sin que pudiese ser de otra manera las monjas de muy buen agrado les dieron hospedaje durante unos días.
Llega el tiempo en el que los peregrinos tienen que emprender su camino pero, en agradecimiento a la hospitalidad recibida y conociendo el deseo de la comunidad, se comprometen a hacer una imagen de Nuestra Señora, pues eran escultores. Tan solo les piden una condición y es no ser molestados hasta que finalicen su trabajo.
Comienzan los forasteros su tarea y el pasar de las horas pone a la abadesa cada vez más nerviosa por ver terminada la imagen. De repente se dejan de oír ruidos, la abadesa no soportando más su curiosidad entra en el cuarto con el resto de las hermanas. Ante sus atónitos ojos apareció la impresionante imagen de la Virgen del Tránsito.
Al abrir la puerta, no hallaron ni rastro de los escultores. Se dice que eran dos ángeles y que a la imagen le faltan dos dedos de un pie, debido a que la curiosidad de sor Ana hizo que no les diera tiempo a concluir su obra.
Nuestra Señora del Tránsito se ha convertido, desde entonces, en la imagen más venerada de Zamora y ha salido de su clausura en los momentos en que la ciudad ha pasado por calamidades. Es la patrona de la Diócesis de Zamora.