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La Casa de León en Madrid publica un manifiesto por la lengua leonesa

En dicho acto se decidió la posterior publicación del manifiesto por la lengua leonesa

El pasado miércoles 24 de marzo de 2021, a las 18,00h la Casa de León en Madrid celebró una nueva edición de las «Tertulias Culturales en la Biblioteca Enrique Gil y Carrasco» de la Casa de León en Madrid

Históricamente el idioma hablado en casi la totalidad del territorio fue el leonés o astur-leonés que empezó a perder terreno ante el empuje del idioma castellano. Poco a poco la lengua leonesa fue quedándose arrinconada y tachándosele como una forma de «hablar mal», de «no saber hablar» o «hablar de pueblo»

El estado actual de la lengua leonesa tiene mucho que mejorar, habiendo desaparecido casi la totalidad de sus dialectos orientales y no dándose un relevo generacional en su uso, por lo que es empleada casi en exclusiva por personas de avanzada edad. Pese a ello ha quedado una amplia impronta de dicho idioma en el castellano hablado, estando extendido el uso de giros y expresiones propias del habla leonés En dicho acto se decidió la posterior publicación del manifiesto adjunto

 

Casa de León en Madrid. Manifiesto por la lengua leonesa

El leonés es una lengua romance en la que tradicionalmente se suelen señalar tres variantes: oriental, central y occidental, cada una con sus peculiaridades lingüísticas. Históricamente se enmarca en el surgimiento de las lenguas romances derivadas todas ellas del latín académico y del vulgar. La romanización o latinización de Hispania impulsó la comunicación oficial en la lengua latina y la totalidad de la península Ibérica inicio ese cambio después del año 19 a.C. momento en que Augusto completa la incorporación territorial a Roma y decide que aparezcan Astorga, Braga y Lugo, que serán las tres ciudades notables de la futura provincia Gallaecia, que ocupará todo el territorio noroccidental. Esta situación vuelve a trastocarse a principios del siglo V con las invasiones germánicas, cuando los suevos deciden que Braga sea su capital por la capacidad, para lo que aquí interesa, intelectual y religiosa, pues era la residencia de la iglesia primada. Los otros focos eran Astorga, Lugo y Santo Toribio de Liébana. En el territorio del Esla hasta el Atlántico van apareciendo las denominadas lenguas románicas con sus afinidades, diferencias y localismos, algunas incluso de un valle concreto.

El leonés se hizo fuerte y cobró importancia en cuanto la monarquía católica decidió elegir la ciudad de León como capital del nuevo reino que se proclamará heredero del visigodo de Toledo, pero ya con otras dimensiones. La impronta para recuperar territorio después del 711 surge precisamente del monasterio de Santo Toribio de Liébana y será el Beato uno de los impulsores. La corte leonesa se expresará en leonés y el mismo se expandió hasta que se conquistó el Tajo, y especialmente Toledo, y por la Ruta de la Plata alcanzó hasta la comarca de los Barros y norte de la actual Huelva

Estatuto

El 25 de febrero de 1983 Las Cortes Generales dieron el visto bueno para que naciera la Autonomía denominada Castilla y León, mediante la Ley Orgánica 4/1983. No vamos a entrar ahora en los avatares preautonómicos y en los ya autonómicos que para la actual provincia de León y para las otras que conformaron el Antiguo Reino de León han resultado más negativos que positivos y no parece que, a corto plazo, vaya a cambiar esa situación.

Mediante Ley Orgánica 14/2007 se reconoce que la autonomía cuenta con dos realidades históricas que son el Reino de León y el de Castilla y en el aspecto lingüístico señala en el Artículo 5 titulado La lengua castellana y el resto del patrimonio lingüístico de la Comunidad y en su apartado 2 dice: “El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación”. Y añade en el apartado 3: “Gozará de respeto y protección la lengua gallega en los lugares en que habitualmente se utilice”. Nada se dice en ese documento de que el vascuence, vasco o euskera deba gozar de protección

La actualidad

A pesar de la promulgación oficial, a día de hoy, la mal denominada Junta de Castilla y León no ha proclamado ninguna norma que favorezca a la lengua leonesa, ni la ha dotado de ningún medio para que ese patrimonio siga vivo; es más, se ha favorecido y se está haciendo un apoyo institucional a favor de la lengua gallega en El Bierzo y del euskera en las inmediaciones de Miranda de Ebro. El leonés, a pesar de estar en el estatuto, sigue huérfano.

A día de hoy varias asociaciones leonesas enseñan el leonés o llïones, lo que parece encomiable. No obstante, se sigue sin producir un proceso de normalización lingüística tal como se produjo con el catalán en los años inmediatamente posteriores a la conclusión de la Primera Guerra Mundial, o en el País Vasco después de la promulgación del Estatuto de Guernika. En consecuencia, pedimos a quienes tienen responsabilidades políticas, así como a los distintos agentes involucrados en esta cuestión (asociaciones por la lengua, lingüistas, historiadores…), que se den los pasos necesarios para iniciar esa tarea de protección y dignificación en la que todos puedan aportar su trabajo y sus propuestas. Y, en ese cometido, consideramos esencial no perder la riqueza lingüística que constituyen las diferentes variantes, lo que no excluye que se proponga una de ellas como base para la necesaria normalización que termine perfilando definitivamente la lengua leonesa

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