Calificada como “singular y llamativa”, la celebración del Santo Potajero se ajusta con claridad a las características de las costumbres más peculiares, arraigadas y antiguas de la Semana Santa bañezana, que se enriquece con el distintivo de Bien de Interés Cultural que ostenta la ermita-capilla de Nuestra Señora de la Piedad.
Cada Miércoles Santo se cumple con la vieja tradición de dar de comer a los pobres, tras la celebración de la misa y procesión de una pequeña imagen del Nazareno, reconocido como el Santo Potajero. El menú siempre es un guiso hecho con garbanzos, arroz y bacalao. De postre una naranja y una pasta. El rito pudo haberse iniciado en el siglo XVII cuando se creó la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad.
En los inicios de esta costumbre se llamaba «caldo» a la comida que se ofrecía exclusivamente a los presos pobres de la cáracel. La Cofradía se encargaba de asumir los gastos y, en el supuesto de que no tuviera fondos era el juez de la entidad el encargado de pagar de su bolsillo el desembolso que generara el «potaje». El juez además, debía desplazarse a la cárcel para contar el número exacto de comensales y preparar así la cantidad necesaria.
De todos los detalles de la organización del Potaje, el único cambio observado desde sus inicios puede ser la participación. Los presos pobres de la cárcel fueron los primeros destinatarios de la comida. Se amplió después a 12 pobres de la localidad, que debían estar confesados y comulgados para recibir el potaje. En la actualidad el incremento de asistentes ha sido notable, porque la popularidad del evento lleva a la implicación de todas las clases sociales.
El Potaje
El Potaje repartido a los pobres de la localidad el Miércoles Santo por la Cofradía de las Angustias y Soledad, es una costumbre cuyo origen se pierde en el tiempo. Siempre se ha conocido en la Ciudad esta tradición y seguramente se remonte a los orígenes de la Cofradía en el siglo XVI. La antigüedad de la Cofradía está documentada según el ejemplar más antiguo que se conoce de su regla que está fechado en 1.615 y suscrita su aprobación por el Obispo de la Diócesis Don . Antonio de Cáceres, con fecha 23 de marzo, pero la Cofradía es más antigua, según protocolos en el Archivo Provincial de León y por referencia de otras Cofradías Bañezanas y la historia del Convento del Carmen, la mencionan por los años 1.550-1.570.
Desde que se tiene constancia, la fiesta del Santo Potajero va aparejada a la existencia de la Cofradía, en los primeros tiempos pudo haber sido el Jueves Santo, con una simbología clara de la Última Cena, pero seguramente, por los oficios litúrgicos y las procesiones, lo encajaron en el Miércoles Santo. Al principio se celebraban en las estancias anejas a la Capilla que debieron existir, así hasta implantarse la costumbre de comerlo en la calle.
Según los Estatutos de la Cofradía, ésta tenía que dar a los pobres tres comidas a lo largo del año, en las tres Pascuas: Pascua de Navidad, Resurrección y Pentecostés. Entre estos pobres eran participes los presos “para cuyo buen orden y razón el Abad vaya la víspera de cada Pascua y sepan cuántos pobres hay en la cárcel y conforme hubiere les dé una olla de vaca y carnero y algún principio, conforme al tiempo”.
El los primeros tiempos, los pobres de solemnidad acudían a la iglesia, se les aseaba y se les daba la comida. Los más viejos del lugar, algunos con más de cien años, ya recuerdan el Potaje, de forma muy parecida a como se celebra ahora, lógicamente con menos participación de público, al ser un acto de caridad pero, poco a poco, esta comida tradicional se ha hecho tan popular que acuden todas las clases sociales de la Ciudad con su cazuela a comer los garbanzos con arroz y bacalao.
Fuente y más info:
Fecha de inicio: 28-03-2018
Fecha fín: 28-03-2018
Lugar: la bañeza