El sábado 23 de mayo los albercanos, acompañados de vecinos de los municipios de alrededores, celebran una de sus tradiciones más sentidas: es la romería de la Virgen de las Majadas Viejas, o Maralviejas. La fiesta tiene lugar en la ermita que lleva su nombre, entre robledales y peñas, a 3 kilómetros de La Alberca.
A primera hora de la mañana de ese día, víspera de Pentecostés, la Virgen es llevada desde la iglesia parroquial hasta la ermita. Tras la misa, los niños bailan las danzas y, por la tarde es llevada en procesión a las mismas peñas donde se apareció a unos pastores; allí se representa una loa infantil o auto sacramental.
La jornada tiene su cara más festiva en la popular comida campestre y, como colofón, con una capea de vaquillas en el recinto emparedado ante la ermita.
El recorrido desde La Alberca hasta la ermita forma parte del Camino de las Raíces, un sugestivo sendero de arte en la naturaleza. En dicho tramo se halla el Montón de Cantos, donde los peregrinos rezan y lanzan una piedra al pasar por él.
La Romería
Cuenta la leyenda, que Don Rodrigo, después de perder el trono en la batalla de Segoyuela de Cornejas, se refugió en estas sierras, y escondió una Virgen que acostumbraba a llevar en sus batallas. Esta virgen, fue encontrada por un ermitaño, Froilán Porqueiro, del vecino pueblo de Monforte, y que los vecinos de La Alberca levantaron una ermita donde honrar a la Virgen; sería llamada Virgen de Majadas Viejas, porque apareció en un lugar donde los pastores levantaban sus cabañas y donde llevaban al rebaño, y en su honor el día de Pentecostés se celebraría una romería en honor a la Virgen.
Esta romería se sigue celebrando desde tiempo inmemorial, y ese día, la Virgen es sacada en procesión, después de una misa en la ermita levantada en su honor. Los niños bailan las danzas a la Virgen, y por la tarde después del rosario, se lleva en procesión a la Virgen, a las mismas peñas donde apareció, y allí se representa una loa, o auto sacramental donde se conmemora la aparición de la Virgen.
Finalizada la loa, la plaza de la ermita es testigo de una capea popular. En este paraje a tres kilómetros de La Alberca, en medio de un robledal, se reunen los albercanos, y en una jornada campera, pasan este día de fiesta.
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