Un paraíso natural en pleno corazón del Parque Nacional de Los Picos de Europa y un lujo difícil de describir, poder hacerlo en solitario.
Y es que es algo inusual, ya que es una ruta que hacen alrededor de medio millón de personas a lo largo del año.
La senda que une las poblaciones de Caín en la provincia de León y Poncebos en la de Asturias, se construyó hace más de cien años para llevar a cabo la acometida del canal que abastece la central hidroeléctrica de Poncebos.
Ni los más viejos del lugar recuerdan que ningún senderista hiciera el recorrido sin encontrarse ni un alma en la ruta. Cuenta Miguel Pérez y David Sadea propietarios en los años ochenta del siglo pasado de los establecimientos “Picos de Europa “ y “El Diablo de la Peña” respectivamente, ambos del pueblo de Cain, que suele haber tanta gente, que “parece una romería “
Fue el pasado miércoles, día 8 de enero de 2025, cuando el senderista ponferradino Roberto Arias Fernández hizo la ruta del Cares sin encontrar ninguna persona en su recorrido.
Fue un baño de naturaleza, comenta Arias, al más puro estilo Nipón, en silencio, únicamente con el arrullo del río Cares en su discurrir por la impresionante garganta Divina, que es como se denomina dicha formación. También le acompañaron en su viaje de 12 km las cabras y cabritos alpinos que pastan en régimen extensivo los valles de las comarcas de Valdeón y Cabrales y los aullidos del lobo ibérico desde las atalayas del cañón, a más de 2000 metros de altitud.
La ruta está vigilada también por el águila real, el buitre leonado y el alimoche.
Jalonan esta impresionante ruta hayas, encinas, castaños, nogales y laureles.
Un paraíso natural en pleno corazón del Parque Nacional de Los Picos de Europa y un lujo difícil de describir, poder hacerlo en solitario.
