En este curso se darán unas pocas pinceladas, a vuelapluma –que no al tuntún– sobre algunos aspectos de nuestro maravilloso patrimonio medieval.
El vicepresidente primero de la Diputación de Zamora, diputado de Educación, Cultura y Turismo en Zamora, y presidente del Patronato de UNED Zamora, Víctor Lòpez de la Parte, ha asistido este pasado martes a la inauguración del curso «El Arte en Zamora XVI. Sobre el arte medieval en tierras zamoranas» que de desarrollará hasta el 4 de mayo de 2024, en el Centro de la Universidad de Educación a Distancia en la capital zamorana.
La conferencia inaugural, “Mirada sin fronteras. Las tapicerías flamencas de Troya y Tebas en la Catedral de Zamora», ha estado a cargo de Elena Muñoz Gómez, Doctora en Historia del Arte. Profesora de Historia del Arte en la USAL
En este curso se darán unas pocas pinceladas, a vuelapluma –que no al tuntún– sobre algunos aspectos de nuestro maravilloso patrimonio medieval. Porque discriminar, seleccionar y sentenciar es muy difícil, hay mucho donde elegir: se nos han quedado en el tintero un buen manojo de propuestas prometedoras de la mano de estupendos divulgadores y buenas amigas/os cuyas agendas estaban ahítas de compromisos.
Se dejaran para otras ocasiones, porque a buen seguro que ahora mismo muchos investigadores estarán estrujándose los sesos por hilar ideas nuevas, cuestionar las recién acuñadas o macerar las ya criadas. Para esta ocasión se ceñirán a los supervivientes tapices flamencos de la catedral, benditos náufragos textiles de un hundimiento a todo trapo; el cimborrio escamado que corona el mismo edificio, hermoso saurio taxidermizado mirando al Duero por el que no pasan los siglos y sigue ahí tan pancho contra viento y crecida; un cenobio franciscano en Toro, extinto ejemplar que de puro pobre se nos disgregó del todo hasta perder su esencia y su ser; las destazadas y fragmentadas pinturas góticas en nuestro entorno provincial, desde Toro a La Hiniesta; los peregrinos in itinere a Compostela, surcando el múltiple caminus stellarum con destino a Finisterre; los más enigmáticos grafitos y las yertas pinturas de los muros de nuestras iglesias medievales o la historiografía del arte románico en nuestra comunidad, que trae mucha ideología, un montón de letra pequeña, idiosincrasia y uniformidad. Un puñado de historias que nos sorprenderán por su frescura y perennidad.