La iglesia de San Miguel es famosa por su torre, de cinco esquinas, una curiosidad constructiva que según relatan tuvo su origen en que no quedaba espacio para la calle y por eso una de las esquinas se dobla hacia el interior de la estructura. Por eso dice el dicho popular que “La torre de Grajal tiene cinco esquinas porque no pudo tener cuatro”.
La iglesia es gótica y tiene abundantes reliquias donadas por la ultima condesa que habitó en el lugar, emparentada con los Borgia. Algunas imágenes son de valor y posee también un antiguo órgano, de 1769.
La fábrica es de gótico tardío con concesiones al renacimiento y el altar mayor es armónico, de factura clasicista, del entorno de 1600.
Le curiosa torre, de 40 metros de altura, es un auténtico menhir cubista que se yergue sobre los oteros de la comarca.
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