La Cofradía del Genarín intenta separarse del macrobotellón y reivindicar la esencia del auténtico, genuíno y burlesco entierro de Genarín.
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Escrita está esta historia en los viejos murallones de esta ciudad, grabada en la memoria de sus mas viejos ciudadanos, que sonrientes siempre recuerdan la algarabía de la Semana Santa. Rito ancestral sobre la muerte. Antiguo ritual del orujo.
El Entierro de Genarín
Genarín es la más atípica procesión de la Semana Santa Leonesa. Festividad poética en honor a un viejo pellejero, borrachín y putero, que llenó de anécdotas y chascarrillos a la ciudad de León en los años 20, haciéndose merecedor de un recuerdo eterno a través de la mas surrealista y onírica de las procesiones de la Semana Santa Leonesa.
En León, todos los Jueves Santos, sobre las doce de la noche, sale de la Plaza del Grano (este año sale de la plaza del Conde Luna), la Procesión de la Cofradía de Nuestro Padre Genarín, conocida también como el Entierro de Genarín. Procesión de borrachos que festejan al orujo y los versos irónicos y lascivos que escribieron y escriben los seguidores del Santo Pellejero.
Sus textos, su iconografía, elaborados por sus fieles seguidores, artistas y bohemios de León, agrupados en la Cofradía de Nuestro Padre Genarín, sobrepasan con creces las expectativas de imaginación y cachondeo que se pueda esperar en la Semana Santa Leonesa.
La historia de Genarín
Genaro —o Jenaro, según otras fuentes, Blanco Blanco (apellidos comunes en los huérfanos de León, en honor a la Virgen Blanca), llamado Genarín, pellejero de profesión, aficionado a la buena vida, al orujo, a las mujeres y los burdeles, al tute y a la garrafina, fue un hombre muy conocido en los ambientes más bohemios del León de principios del siglo XX. Según recoge el Diario de León en su edición del 30 de marzo de 1929, Viernes Santo, Genaro fue atropellado por el primer camión de basura de la ciudad, mientras realizaba sus necesidades en la base del tercer cubo de la muralla de León, a la altura de la calle de Las Carreras, durante la madrugada del Jueves al Viernes Santo.
Hace años se publicó una esquela en La Democracia, en la que figura que dejó viuda y cuatro hijos y que «para identificar el cadáver fue preciso separar la camioneta» y que la camioneta estuvo a punto de atropellar a dos niños.
Tras su muerte, un grupo de cuatro personas (los llamados «Evangelistas») decidió conmemorar mediante la lírica y la poesía la vida de Genaro. Los evangelistas eran Nicolás Pérez Porreto (árbitro de fútbol), Eulogio el gafas (taxista de profesión, coplero aficionado), Luis Rico —hombre de buena familia que dilapidó su fortuna en juergas con sus amigos— y el poeta Francisco Pérez Herrero. En la noche de Jueves Santo de 1930, estos hombres se reunieron en la Plaza del Grano visitando las tascas y bebiendo orujo, a la vez que recitaban poesía y conmemoraban la vida del personaje. La procesión creció en número de asistentes hasta que en 1957, las presiones del cronista Lamparilla hicieron que fuese prohibida. La leyenda dice que tal prohibición fue debida a que ese año se encontraron las dos procesiones, la religiosa y la profana, y que al ser esta última más numerosa supuso un considerable enfado entre las autoridades[cita requerida]. En 1977, con la recuperación de la democracia, la celebración volvió ayudada por Pérez Herrero, único de los evangelistas sobrevivientes, el grupo de teatro La fragua comandado por Enrique Fernández Kike (dramaturgo, director y maestro teatral) y un grupo de jóvenes leoneses.
Los cuatro milagros de Genarín
Como parte de la leyenda, se le atribuyen a Genarín cuatro milagros:
- La redención de la prostituta que lo encontró muerto, que, según la tradición, dejó la prostitución y se volvió a su Lugo natal.
- Un gol de la Cultural Leonesa, que llevaba muy mala temporada hasta que los evangelistas de Genarín decidieron bendecir el campo de juego del estadio de la Cultural, al parecer con orujo, la noche anterior. El partido del día siguiente no empieza bien, por lo que uno de los evangelistas se quejó a Genarín, tras lo cual, al sacar el portero contrario el balón, este entró en su propia portería.
- Un enfermo de riñón sufrió un terrible dolor mientras pasaba cerca de las murallas, necesitando hacer sus necesidades en el mismo cubo de la muralla donde años atrás había muerto Genarín. En ese momento sintió un gran alivio tras lo cual vio que había meado una piedra del tamaño de una nuez, solucionándosele sus problemas de riñón.
- Un individuo se dedicaba a robar las ofrendas (el orujo, el queso, el pan y la naranja) que los devotos, a través del «hermano colgador», dejan cada año en la hornacina de la muralla. EL ladrón escalaba la muralla y las robaba, hasta que Genarín le hizo resbalar y el hombre se rompió la cadera.
La Procesión
La Cofradía informa, por si a caso alguien no se ha enterado aun, que este año cambia el punto de salida de la procesión.
Ésta comenzará desde la Plaza del Conde Luna, para continuar por la Calle Conde Rebolledo, Cascalerías y enlazar con nuestro recorrido habitual en la Plaza de Don Gutierre.
¡Viva Genarín!
Fuente y más info: http://www.genarin.esx-2.htm