Y siguiendo sus costumbres que nunca fueron un lujo, bebamos en su memoria una copina de orujo
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Cada Jueves Santo, a las diez de la noche, y en un restaurante secreto del Barrio Húmedo, se reúnen los seguidores de la Cofradía de Nuestro Padre Genarín para celebrar, en recuerdo del Santo Pellejero, el aniversario de su muerte.
Comienzan los actos con una rememoración burlesca de la Última Cena, cena que es una mezcla de encuentro y rito iniciático, tiene su origen en los primeros momentos de la Cofradía, cuando Luís Rico invitaba a cenar a sus compañeros evangelistas y a alguno más, para conmemorar la muerte de Genarín y leer la encíclica (poema satírico sobre León y sus gentes) y siempre apócrifa.
Terminada la cena, y en presencia de todos los hermanos asistentes, se procede al bautismo de los neófitos con un buen orujo y a la lectura de la Encíclica en la que se recuerda los acontecimientos del año en la provincia de León, desde los desmanes y promesas incumplidas de los políticos locales hasta los más afamados acontecimientos populares, deportivos, artísticos y culturales.
Posteriormente como todos los Jueves Santos, año tras año, haga frío o calor, llueva o no (este año parece que sí), la Cofradía de Nuestro Padre Genarín saca su procesión por las calles de León a las 00,00 horas de la calle Puerta Moneda.
Arranca el cortejo con los pasos de la muerte, la cuba (en la que van las ofrendas), Genarín (llevando una botella y agarrado a una farola) y la Moncha (representando el momento en el que esta prostituta tapa el cadáver de Genaro con las hojas de un periódico), además de los 4 evangelistas.
Llevan con ellos la corona de laurel, previamente bendecida también con orujo, y los alimentos fundamentales de su Fundador: el orujo, el queso, el pan y una naranja
Ya se oyen los salmos propios de esta noche de Jueves Santo: “Genaro, Genaro, es cojonudo”, “Cocacola asesina, el orujo al poder”. Y todos, entre limonada y limonada, esperan en las calles el paso de la Santa Procesión y la lectura de la Encíclica del año.
La procesión hará este recorrido: calle Herreros, Capilla, plaza del grano, Juan II, Fernández Cardóniga, plaza de San Martín, Platerías, Plegaria, Cardiles y la calle Paloma para llegar a la calle la sal en dónde tiene lugar la ceremonia de los 30 pasos (ni uno menos, ni uno mas), plaza de la Catedral, Cardenal Landázuri, calle Convento, Serranos, para finalizar en la plaza de Puerta Castillo ya que debido a la peatonalización de la calle carreras no se permite llegar al cortejo hasta al tercer cubo de la muralla para dejar la ofrenda, lugar donde tuvo lugar el atropello. Era en este lugar en dónde tradicionalmente siempre finalizaba esa procesión pagana y en dónde el Hermano Colgador depositaba en lo alto de la muralla el orujo, queso, pan, naranjas y una corona de laurel.