Eran pasadas las 18,30 de la tarde del pasado domingo 2 de Junio cuando hacían entrada por el histórico puente sobre el Río Órbigo los caballeros participantes en las justas medievales que cada año organiza el Ayuntamiento de Hospital de Órbigo con Don Suero de Quiñones a la cabeza. Un año más como ya es habitual en esta cita con la historia y la leyenda, la bandera y el escudo de León estuvieron ausentes.
El Ayuntamiento de Hospital de Órbigo, recordando este gesta, ponen en liza el primer fin de semana de cada mes de Junio las Justas Medievales del Passo Honroso.
Con el tradicional desfile sobre el puente medieval que une las dos orillas del Río Órbigo daba comienzo a las 18.30 de la tarde las Justas Medievales que recrean la hazaña del ilustre caballero leonés D. Suero de Quiñones y sus 9 acompañantes acaecida en 1434, ante la mirada de miles de personas que como todos los años abarrotaban el medieval puente.
El tiempo acompañó lo que motivó que una afluencia masiva de leoneses y visitantes se desplazaran hasta esta localidad para disfrutar un año mas con la recreación de la gesta de D. Suero de Quiñones.
Durante este fin de semana del mes de junio, damas ataviadas con largos vestidos de terciopelo y sedas, caballeros con túnicas, armaduras, espadas y escudos, arqueros, monjes y monjas, mesoneras y por supuesto mesoneros, así como campesinos tomaron un año mas las calles de esta villa, suntuosamente engalanadas este año para la ocasión, eso sí, sin ninguna concesión a los emblemas ni banderas del Reino más poderoso de la Edad Media, el Reino de León como ya es tristemente habitual en esta recreación.
Eso si, este año el Ayuntamiento de Hospital de Órbigo aparecia engalanado con reposteros con las imágenes de los Reyes de León, sacados de divesos códices medievales como el Tumbo A de la Catedral de Santiago o el Libro de las Estampas de la Catedral de León y que pudimos ver por ejemplo en el mercado medieval de Zamora. Poca concesión a sacar pecho de nuestra rica historia medieval y la la originalidad.
Durante dos días de este pasado fin de semana Hospital de Órbigo retrocede al año de 1434 transformando sus calles en un inmenso y colorista mercado medieval, para recrear la gesta de este ilustre paisano. Un mercado en el que el característico olor de carne a la brasa impreganba el ambiente e invitaba a su degustación en las diversas tascas de este medieval mercado en el que por supuesto se ofrecían productos artesanales, especias y hasta pastas árabes.
Ya tampoco nos sorprende que los caballeros desfilen en el palenque decorado con los mas diversos, variopintos y hasta absurdos emblemas medievales y se obvie nuestro león rampante. Lamentablemente esto solo puede suceder en León, tal y como año tras año este medio viene denunciando.
Para los profanos indicarles que estas justas rememoran las hazañas de Don Suero de Quiñones en el siglo XV, que quiso deshacer una promesa que había realizado a su amada Leonor y que era la de ayunar los jueves y llevar una argolla de hierro en el cuello.
Sorprende igualmente que nuestro héroe aparezca vestido cada año de un color diferente (este año tocaba el blanco) pero nunca con nuestro histórico púrpura.
Sorprende en definitiva que en estas multitudinarias Justas Medievales no haya ninguna alusión al pasado histórico de nuestro Reino del que nuestro ilustre y bravucón paisano fue caballero.
Desde entonces una vez al año se recuerda el día en el que los mantenedores de Quiñones y él mismo se batieron contra todo áquel caballero que deseaba cruzar el río por el mítico puente.
Para poner fin a su compromiso, se propuso romper 300 lanzas de los caballeros extranjeros que pasaran. No consiguió alcanzar su meta, pero al haber conseguido romper 166 lanzas los jueces le levantaron la pena.
Es el torneo medieval de estas justas medievales es, pues, el acto central de esta recreación al que se une el desfile de pendones (la única concesión a la historia de esta tierra) y caballeros en sus vistosas monturas acompañados de sus escuderos, músicos, malabaristas y hasta un grupo de irmandiños que se realizó en horas previas al torneo, ademas de la animación con los bailes medievales que protagonizan las damas, el teatro y la música popular.
Durante casi dos horas los espectadores pudieron disfrutar con los retos y pruebas a las que tuvieron que someterse los Caballeros y por su puesto nuestro héroe, el bravucón Don Suero, siguiendo una narrativa bastante pobre en esta edición por parte del locutor del torneo.
El juez Vázquez Taín mantenedor de las Justas Medievales 2019 de Hospital de Órbigo
Paralelamente a los actos centrales de las Justas Medievales, el juez José Antonio Vázquez Taín, miembro de la Judicatura que revolucionó la manera de investigar el narcotráfico gallego, ha sido el encargado de mantener el Passo Honroso de 2019.
Vázquez Taín, además de implacable con los narcotraficantes, es un exhaustivo conocedor del Camino de Santiago, una ruta histórico-espiritual a la que dedicó su primera novela, La leyenda del santo oculto (2014), que según él mismo cuenta, le sirvió para librarse “de toda la tensión de la investigación del robo del Códice
Que es el Paso Honroso
El “Paso honroso” fue el torneo que tuvo lugar en el puente de Hospital de Órbigo en el Año jacobeo de 1434. Este caballero leonés, Suero de Quiñones, de familia insigne, pidió audiencia al rey Juan II de Castilla para exponer una petición.
La justa o torneo tendría que mantenerse durante un mes en que Suero de Quiñones estaría acompañado de sus mejores amigos. La petición era obtener el permiso para llevar a cabo un torneo especial en que tendrían que participar a la fuerza todos los caballeros que pasaran por el lugar elegido, que era el puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
Don Suero llevaba colgada al cuello cada jueves una argolla metálica, como prueba de amor hacia su dama Doña Leonor de Tovar.
El motivo para proponer las justas del puente era poderse librar de dicha argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a todos los caballeros que se presentasen en dicho puente y tras haber roto 300 lanzas a razón de tres por caballero.
El rey le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitó a los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo. El torneo comenzó el 10 de julio de 1434 y terminó el 9 de agosto del mismo año, día en que don Suero fue herido. Sólo hubo un descanso el día 25, festividad de Santiago.
Se levantó el tinglado (ahora llamado palenque) junto al puente y cada día se comenzaba con una misa solemne y se terminaba con un gran festín. Las crónicas cuentan que sólo hubo una muerte al cabo del mes, la del caballero catalán llamado Asbert de Claramunt, que recibió un lanzazo en un ojo atravesándole el cerebro prohibiendo la Iglesia que se le enterrase en lugar sagrado.
Cuando terminó el torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en peregrinación a Santiago a cumplir con la promesa hecha.
Desde 1951 en el puente de Hospital de Órbigo puede verse un monolito con los nombres grabados de todos los que pelearon junto a Don Suero: Lope de Estúñiga, Diego de Bazán, Pedro de Nava, Suero Gómez, Sancho de Rabanal, López de Aller, Diego de Benavides, Pedro de Ríos y Gómez de Villacorta. Don Suero depositó allí la argolla y la cinta azul que simbolizaba su amor por la dama y en la que estaba escrita una leyenda que lo atestiguaba: Si à vous ne plait de avoir mesure,certes je dis que je suis sans venture. Si no os place corresponderme, en verdad que no hay dicha para mí