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Hace 83 años fuimos independientes: El Consejo Soberano de Asturias y León

El 24 de agosto de 1937  tuvo lugar la última proclamación de independencia asturiana y leonesa, por la que el Conseyu de Asturies y Llión se declaraba soberano e independiente de la República española. 

El Conseyu Soberanu d’Asturies y Llión, proclamado en Xixón el 24 de agosto de 1937 bajo el trasfondo de la Guerra Civil Española, fue la última institución política soberana e independiente en la que los asturianos y leoneses pudieron decidir su futuro.

El Conseyu Soberanu, presidido por Belarmino Tomás, fue gobernado por una coalición de partidos políticos y sindicatos de izquierdas y anarquistas, contando con representantes de las diversas organizaciones políticas y sindicales del bando republicano en Asturias, como la FSA-PSOE, la CNT, la HAZ, las JJLL, la JSU, el PCE, la UGT e Izquierda Republicana.

En su breve vida, el Conseyu Soberanu emitió sus propios sellos y billetes, como muestra de su eficiencia y su intención de perdurar en el tiempo. En el ‘Artículo 1. de la declaración de soberanía deja claro la intención de constituirse en un gobierno independiente y soberano permanente, con todas las funciones y consecuencias:

escudo del consejo soberano de asturias y león“El Conseyu Interprovincial Soberanu d’Asturies y Llión, a partir de la fecha y hora de la promulgación de este decreto, se constituye en Conseyu Soberanu de gobierno de todo el territorio de su jurisdición y a él quedan terminantemente sometidas todas las jurisdicciones y organismos civiles y militares que funcionen o vayan a funcionar dentro del mentado territorio.”

El ministro de Defensa de la República española, Indalecio Prieto, y el mismo presidente Manuel Azaña, criticaron duramente la decisión de los asturianos, llegando a manifestar que preferían una Asturies franquista que independiente, como puede leerse en el mensaje enviado por los republicanos españoles a los asturianos “Rebeldes de Asturies, ¡rendios!”, con amenazas tan claras como: “España entera, con todas sus fuerzas, va contra vosotros, dispuesta a aplastaros sin piedad, como justo castigo a vuestra criminal locura”

No obstante y a pesar de la oposición explícita del Gobierno republicano, el mismo Conseyu llegó a presentarse a la Sociedad de Naciones como entidad soberana propia.

consejo soberano de asturias y león

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La proclamación del Consejo Soberano

Por tanto hace ochenta y tres años, Asturias y León, del 25 de agosto al 21 de octubre de 1. 937 fue un estado independiente de facto. Los últimos territorios en poder de la República situados en el Frente Norte proclamaron el Consejo Soberano de Asturias y León una institución política independiente que tuvo moneda propia, policía, ejército y marina de guerra.

Los avances de las tropas del general Franco en el frente norte tomando Santander, llevaron a las autoridades republicanas en Asturias a declarar su soberanía sobre «todas las jurisdicciones y organismos civiles y militares» en el territorio controlado por el Consejo Interprovincial de Asturias y León con intención de despojarse de dichas funciones «a la vista de los acontecimientos favorables que se produzcan en el curso de la guerra».

El 24 de agosto de 1937 se firma el decreto que establece la soberanía de los territorios administrados por el Consejo Interprovincial de Asturias y León pasando a ser entonces el Consejo Soberano de Asturias y León. El 26 de agosto saldrá publicado en la prensa dicho decreto.

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Reunión del Consejo Soberano de Asturias y León en el antiguo instituto «Jovellanos». De izquierda a derecha: Onofre García Tirador, Ramón Fernández Posada, Maximiliano Llamedo, Antonio Ortega, Valentín Calleja, Belarmino Tomás, Juan Ambou, Gonzalo López, Rafael Fernández, José Maldonado y Aquilino Fernández Roces. Faltan: Segundo Blanco y Amador Fernández ; Ramón Álvarez Palomo y Luis Roca de Albornoz. (Colección. C. Suárez. Archivo Municipal. Gijón

El Consejo Soberano —que se había atribuido poderes que eran competencia única del Gobierno de la República— lo presidía Belarmino Tomás y en él estaban representadas las diferentes organizaciones políticas y sindicales del bando republicano en Asturias como la FSA-PSOE, la CNT, la FAI, las JJLL, la JSU, el PCE, la UGT e Izquierda Republicana. Una parte de estas organizaciones del Frente Popular criticará la actuación, calificando la idea de perjudicial, antiunitaria y cantonalista. Incluso llegó a mandarse una carta al Consejo de Naciones para informar del acuerdo de soberanía y denunciar los bombardeos franquistas

El territorio leonés que gobernaba Belarmino Tomás desde Gijón era muy reducido. Comprendía únicamente las inmediaciones del Puerto de Pajares y parte de la comarca de Babia. Otras zonas de la montaña leonesa habían sido progresivamente tomadas por el ejército franquista.

La idea del Consejo Soberano era apoyada por Belarmino Tomás y la mayoría de dirigentes del PSOE, así como por Segundo Blanco y otros responsables de la CNT. El PCE criticó la decisión. Rafael Fernández, secretario general de las federaciones asturianas del PSOE y la JSU, condenó el decreto y la soberanía (lo que no le impidió ocupar puesto de consejero). Los dos representantes de la UGT tuvieron una opinión diferente cada uno. Los consejeros de Izquierda Republicana reprobaron la decisión.

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Monolito que recuerda el Consejo Soberano de Asturias y León en el Puerto de Tarna. Fotografía: Martínezld

Las tiranteces creadas llevaron a enfrentamientos entre algunos consejeros que en ocasiones llegaron a los insultos personales. El Gobierno de la República censuró la actitud del Consejo Soberano, sobre todo cuando éste se dirigió a la Sociedad de Naciones. El Ministro de la Gobernación transmitió a Belarmino Tomás «su sorpresa y su disgusto».

La caída de Asturias propició al bando sublevado la posibilidad de enviar las tropas que había tomado parte en esta campaña a reforzar otros frentes y le permitió contar con las industrias y recursos con las que contaban esta región. En el bando republicano se analizaron las consecuencias que provocaron la pérdida del norte, como muestra el artículo titulado ¿Por qué se perdió el Norte? publicado en El Socialista el 30 de octubre de 1937, donde se hace hincapié en la falta de unidad y de decisiones políticas que perjudicaron planes militares, sin olvidar la casi total pasividad de Madrid en la defensa del norte.

El Conseyu Soberanu se disolvió tras la ocupación total por las fuerzas franquistas de Asturies ese mismo invierno. Se tenía esperanza en la llegada el invierno como medio de frenar el avance de las tropas españolas, italianas y alemanas, pero a pesar de la heroica resistencia en Tarna, ese año la nieve tardó en caer y el enemigo acabó por traspasar la frontera.

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Belarmino Tomás, presidente del Consejo Soberano de Asturias y León

Nacido en la parroquia gijonesa de Lavandera el 29 de abril de 1892, era hijo de Sandalio Tomás Piquero y Cándida Álvarez Álvarez. Fue secretario general del SOMA (Sindicato Minero Asturiano), federación minera de UGT, vocal de la Federación Internacional de Mineros y concejal del ayuntamiento asturiano de Langreo. Antes de eso había trabajado en diferentes industrias langreanas: Tornillería del Nalón, Refracta y en el Pozo Fondón, donde conoció a Manuel Llaneza. El historiador británico Hugh Thomas lo describe como un «hombre vanidoso, ambicioso y extravagante».

Como uno de los principales dirigentes obreros asturianos en la Revolución de 1934 contra el gobierno republicano español, tuvo un destacado papel en la dirección de la misma junto al también socialista Ramón González Peña.​ Ante el envío de fuerzas de la Legión y los Regulares hubo de hacer frente a la evidencia del fracaso de la revolución.​ En los momentos finales de la misma haría un llamamiento a los obreros y mineros para el final de la lucha.

Encarcelado tras la intentona, a comienzos de 1935 un tribunal militar le condenó a muerte por aquellos hechos pero finalmente fue conmutada por pena de cárcel.​ En febrero de 1936, es elegido diputado a Cortes y, al iniciarse la Guerra Civil, el Gobierno de la República lo nombra gobernador general de Asturias y León.

En los primeros momentos del Golpe de Estado de julio de 1936, tanto Tomás como González Peña confiaron en la fidelidad del comandante militar de Asturias, el General Aranda.​ Tras sublevarse éste, se convirtió en uno de los líderes en la Asturias que permaneció fiel a la República, presidiendo durante los primeros meses el Comité Popular de Sama de Langreo, y luego en la principal autoridad de Asturias.​ Durante este periodo ordenó el saqueo del Castillo de Blimea según testigos presenciales.​

En el contexto de la reciente derrota republicana en Santander, al crearse el 24 de agosto de 1937 el Consejo Soberano de Asturias y León es nombrado presidente del mismo.​ Al frente de este «cantón» independiente destituyó al General Gamir Ulibarri como comandante del Ejército del Norte, y nombró al coronel Adolfo Prada como comandante del mismo.​ El historiador británico Hugh Thomas decía de ella que la política practicada por la «República de Asturias» era la más adecuada para «fabricar fascistas». El coronel Prada informó al Presidente Azaña de la pésima situación de la retaguardia republicana y de las políticas de Belarmino Tomás, quién se negaba a aceptar la existencia de una Quinta Columna que actuase. Permaneció en Gijón, sede del Consejo soberano, hasta que el 20 de octubre la Derrota en Asturias se hizo inevitable, cuando Tomás y otros líderes obreros emprendieron la huida. Tras la caída del Frente Norte se trasladó a la Zona centro, donde pasó a desempeñar el cargo de Comisario General de Aire (por ende, de las Fuerzas Aéreas republicanas).​ Desde este cargo, en el que mostró poco efectividad, tuvo numerosos enfrentamientos con los pilotos españoles y los asesores soviéticos.

Al finalizar la contienda salió del país y se exilió en México, donde falleció el 14 de septiembre de 1950. Años después su cuerpo fue trasladado al cementerio de Pando, Langreo donde también hay una calle con su nombre.

Los populares «Belarminos»

Durante el tiempo que el Consejo Soberano de Asturias y León ejerció el poder entre sus actuaciones más importantes fue la emisión de sellos de correos y moneda propia.  Esos billetes fueron conocidos popularmente como «belarminos» ya que iban firmados por el presidente Belarmino Tomás.

1 peseta consejo soberano de asturias y león

Fotografía: Martínezld

billete de 100 pesetas consejo soberano asturias Y león

Fotografía: Martínezld

Con ello se intentaba solucionar el grave problema de falta de billetes. Por eso el 24 de octubre de 1936, el departamento de Hacienda del Consejo Provincial de Asturias y León, emite un decreto, firmado por el Gobernador General, Belarmino Tomás y por el Director General de Hacienda, Rafael Fernández, en los que autoriza a la Caja Central de Depósitos, a la emisión de talones al portador de 5, 10, 25, 50 y 100 pesetas contra la cuenta que tenía dicha Caja Central de Depósitos en la sucursal del Banco de España de Gijón, con un saldo de 18.002.201 pesetas, provenientes de las incautaciones efectuadas a la banca privada. En dicho decreto se señalaba que los talones serán de «curso forzoso en Asturias y León», equiparándose a todos los efectos con los signos monetarios oficiales y señalando que su vencimiento se fijará «con la debida antelación».La franja diagonal de color, servia para que pudieran diferenciar los billetes las personas que no sabían leer.

25 centimos consejo soberano de asturias y leónEl 23 de Diciembre de 1936 el Gobierno de la República, decide, de forma inmediata, emitir nuevos billetes, para poder recoger los talones emitidos por la Caja Central de depósitos y, además, devolver a la banca privada los fondos incautados, para que volviesen a funcionar los bancos particulares, ya que la Caja se había mostrado incapaz de hacer funcionar las finanzas. Estas series de billetes se conocieron popularmente como «Belarminos»

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