El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración de Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial a la lucha leonesa, un deporte tradicional, autóctono que ha sido transmitido de forma oral de generación en generación, convirtiéndose en uno de los deportes más antiguos de España.
La lucha leonesa es un deporte autóctono tradicional, legado de una costumbre y tradición mantenida a través de los siglos que se ha ido adaptando a las formas y convenciones del deporte moderno sin perder su propia esencia, convirtiéndose en una práctica federada con competiciones regulares y organizada, que forma parte de la herencia histórico-cultural de la Comunidad de Castilla y León. En virtud de su carácter tradicional y vigencia actual forma parte de organizaciones europeas e internacionales y se integra en competiciones de estos ámbitos en las que las luchas de origen popular son nexo deportivo, cultural y social.
Transmitido de forma oral de generación en generación como un uso o costumbre que favorece la deportividad y la nobleza, en la actualidad la lucha leonesa constituye el evento deportivo más antiguo que se celebra en León, uno de los más antiguos de España y Europa, y goza de un gran arraigo social y de una vitalidad creciente.
La lucha leonesa es un combate entre dos contendientes, que agarrados con las dos manos al cinto, y mediante la utilización de estrategias conocidas como mañas, luchan por derribar al contrincante y llevarle al suelo. Existen en otras partes del mundo distintas variantes y modalidades de la lucha, pero la lucha leonesa presenta unas características propias y diferenciadoras, siendo junto a la lucha canaria, las dos únicas luchas tradicionales españolas que han logrado subsistir en la actualidad.
En su origen, la lucha leonesa era una actividad relacionada con distintas profesiones y oficios, practicada por ganaderos, pastores, molineros, canteros, etc., como un juego que era aprendido junto al oficio tradicional, que se practicaba tanto en el trabajo como en las celebraciones y festejos y que era transmitido de forma oral de padres a hijos. Hasta 1930, año en que la lucha leonesa se convierte en un deporte federado, bajo la denominación de juegos de lucha tradicionales, distintos tipos de luchas y formas de agarre.
En la actualidad, la lucha es deporte federado, con clubes para su práctica, escuelas para su enseñanza y sigue una normativa reglamentaria, desarrollándose sus encuentros más seguidos por la afición entre junio y octubre -la Liga de Verano o Trofeo de la Regularidad-, que congrega en muchos casos hasta 2.500 personas en poblaciones de menos de 250 habitantes, que multiplican hasta un diez por ciento su población en estas ocasiones.