Versión clásica

Finaliza la muestra “Poéticas de Salamanca. Más allá de la palabra” con un recital de música y poesía en el Patio de La Salina

Para cerrar la exposición se organizó un concierto, de repertorio puramente salmantino, que ha estado a cargo de la pianista María Guerras y de José Ramón Cid Cebrián

Florencio Maíllo21.09.21.- La muestra “Poéticas de Salamanca. Más allá de la palabra” que ha permanecido en el Patio de La Salina desde finales de junio llega a su cierre con un recital musical y poético, que ha tenido lugar el pasado jueves 16 de septiembe en el Patio del Palacio de La Salina.

La Diputación de Salamanca, a través de su área de cultura, ha desarrollado este proyecto con la colaboración de Florencio Maíllo como autor de la obra pictórica, la coordinación de guion de la escritora Isabel Bernardo y con Román Álvarez como asesor literario, además de la colaboración del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. “Poéticas de Salamanca. Más allá de la palabra” es un proyecto cultural que se ha desarrollado con la intención de rendir homenaje a la provincia de Salamanca, rescatando nombres de la literatura universal y contemporánea con origen en la provincia o vinculados a ella, yendo más allá de la palabra para integrarla con la música y las artes plástica.

Para cerrar la exposición se organizó un concierto, de repertorio puramente salmantino, que ha estado a cargo de la pianista María Guerras y de José Ramón Cid Cebrián, quien ha sido acompañado con los instrumentos tradicionales salmantinos más genuinos: la gaita y el tamboril. A quienes se sumaron las voces de los poetas Juan Miguel Valero y Juan Antonio González Iglesias.

El concierto se ha iniciado con obras del músico, poeta y dramaturgo Juan del Enzina (1468-1529), a quien se considera el primer poeta español que puso sus propias poesías en música polifónica.

El programa ha continuado con varios temas tradicionales del “Cancionero Salmantino” del compositor mirobrigense Dámaso Ledesma (1866-1928), adaptados por el musicólogo Miguel Manzano, donde se funden géneros como la jota y el fandango, que buscan evocar el oficio de los tamborileros como animadores de las danzas tradicionales salmantinas.

La gala conjugó los elementos clásicos del piano y los aires populares de la gaita con el ánimo de fundir ambos instrumentos en una poética musical, que haga eco sobre los treinta retratos que forman parte de la exposición de Florencio Maíllo.

El concierto se ha cerrado con la interpretación de dos piezas musicales que fueron armonizadas por Federico García Lorca: el romance de “Los mozos de Monleón” y la famosa riberana de “El burro de Villarino”. Temas recogidos por el poeta granadino en la Colección de “canciones populares españolas”.

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