El informe bienal de la Comisión Europea sobre el mercado ferroviario europeo, publicado hoy, muestra que, si bien es indiscutible que el ferrocarril está creciendo, en varios Estados miembros todavía es posible mejorar en términos de eficiencia y calidad del servicio.
El informe también destaca que con la apertura de la competencia y el aumento de las licitaciones públicas se prestan mejores servicios a los pasajeros y se hace un mejor uso del dinero del contribuyente. Los ferrocarriles europeos absorben 36 000 millones EUR de subvenciones públicas al año (casi tanto dinero como el obtenido con la venta de billetes).
El Vicepresidente Siim Kallas, Comisario Europeo responsable de Transportes, ha subrayado que «el transporte ferroviario presenta un potencial considerable como modo de transporte ecológico y sostenible. Pero, para poner el ferrocarril europeo en la vía del siglo XXI, hay que tomar medidas audaces: racionalizar los procedimientos de autorización de vehículos, aumentar la inversión en infraestructuras y fomentar la investigación y la innovación sobre el ferrocarril, pero también abrir a la competencia los mercados nacionales de servicios interurbanos y generalizar la licitación de los contratos de servicios públicos, como se propone en el cuarto paquete ferroviario».
La Comisión ha adoptado hoy su informe detallado sobre el sector ferroviario, el informe del Programa de Seguimiento del Mercado Ferroviario (RMMS, por sus siglas en inglés). En él se confirma que el transporte ferroviario de pasajeros ha experimentado un impresionante crecimiento desde mediados de los años noventa en países como el Reino Unido (+ 70 %), Suecia (+ 42 %), Francia (+ 37 %) y Bélgica (+ 26 %), y se pone de relieve la importancia de los servicios de alta velocidad, que representan una cuarta parte del tráfico total de la UE. El tráfico internacional de viajeros está creciendo, y los principales grupos ferroviarios europeos ya no son exclusivamente los tradicionales monopolios públicos de propiedad estatal, sino que cada vez son más los grupos ferroviarios internacionales que generan fuera de su país de origen más de un cuarto de su volumen de negocios. El transporte de mercancías por ferrocarril también está creciendo y actualmente casi la mitad de su tráfico corresponde a servicios transfronterizos. Los nuevos participantes en el sector dan empleo a alrededor de 120 000 personas y ya tienen el 21 % de la cuota de mercado del transporte ferroviario de pasajeros y el 28 % del de mercancías.
El informe llega a la conclusión de que, cuando hay competencia abierta entre las compañías ferroviarias, los precios son más bajos y los viajeros obtienen un mejor servicio. Por ejemplo, en las líneas de alta velocidad, las tarifas son más bajas cuando hay competencia. Los precios en el trayecto Roma-Milán, en el que compiten dos operadores ferroviarios, son entre un 25 % y un 40 % más baratos que en el trayecto Madrid-Barcelona, que aún no está abierto a la competencia. La frecuencia en la ruta italiana es doble, lo que muestra la existencia de una correlación positiva entre frecuencia y libre competencia, que se da actualmente sobre todo en las líneas de alta velocidad y en los servicios interurbanos de larga distancia.
Por otra parte, el informe también pone de manifiesto que el sector ferroviario depende (aún) de forma significativa de las subvenciones públicas, que ascendieron a alrededor de 36 000 millones EUR en 2012, casi tanto como sus ingresos procedentes de las ventas, y que el crecimiento del transporte ferroviario de mercancías se está quedando por detrás del de otros modos de transporte. También señala que ciertos puertos, como Rotterdam y Amberes, podrían estar mejor en términos de tráfico ferroviario de mercancías y que la satisfacción con los viajes en ferrocarril y con las estaciones deja aún mucho que desear (58 % de satisfacción). Por ejemplo, los ferrocarriles no están aprovechando el importante potencial de las personas con movilidad reducida: el 19 % de los europeos no toma el tren debido a cuestiones de accesibilidad (y solo el 6 % de los europeos viaja en tren al menos una vez por semana). Del mismo modo, las tarifas ferroviarias de muchos servicios de alta velocidad siguen siendo relativamente elevadas, especialmente en comparación con algunas líneas que se han abierto a la competencia.
El 94 % de los servicios ferroviarios de transporte de viajeros son nacionales y de ellos la mitad aproximadamente son de cercanías. Las propuestas de la Comisión para el cuarto paquete ferroviario, que se están debatiendo actualmente, pretenden obligar a los Estados miembros a someter esos contratos a licitación pública, a fin de mejorar la calidad de los servicios ferroviarios y de conseguir una mejor relación calidad-precio. Por la misma razón, intentan imponer la libre competencia en las líneas de alta velocidad y servicios interurbanos. Los contribuyentes obtienen mejores condiciones cuando hay licitaciones públicas para elegir las empresas que van a prestar servicios de cercanías, según el informe. Por ejemplo, las rutas de cercanías en el Reino Unido, donde se ha producido la apertura del mercado a la competencia, se consideran más frecuentes, más fiables y de coste inferior para los contribuyentes que en Bélgica y Francia, donde los mercados todavía están cerrados. Por este motivo, el cuarto paquete ferroviario de la Comisión va a exigir que se recurra más a la licitación para los contratos de servicio público.