La primera noticia histórica escrita que se conserva relativa a la actual localicad de Fuentesaúco es un documento de 1128 en el que el rey de León Alfonso VII y su esposa Berenguela donaron el coto redondo del mismo nombre al obispo de Zamora Bernard de Périgord. Pocos años después, en 1133, dicho obispo otorgaba el derecho de fuero a sus habitantes, popvlatores de Fonte de Savvgo, hecho del cual se deduce que en dicha fecha ya debía existir un conjunto humano significativo5 . Con el fin de favorecer la atracción de mayor número de gentes para reforzar su repoblación, Alfonso IX de León otorgó en 1224 un documento de exención de todo pecho a los nuevos pobladores que se asentasen en Fuentesaúco.
El pasado histórico de Fuentesaúco se remonta documentalmente hasta la época de la alta edad media cuando durante el proceso de Reconquista y Repoblación contra los musulmanes es concedida una carta puebla que se puede considerar como el acto fundacional de esta villa. Si bien no existe ningún estudio sobre el devenir histórico de la villa, la rica documentación que atesora el archivo municipal depositado en el Archivo Histórico Provincial atestigua que el momento de mayor esplendor se produce durante el siglo XVI, lo que queda de sobra atestiguado por coincidir con la construcción de las dos imponentes iglesias que en la actualidad coronan el cielo de Fuentesaúco, época en la que también se produjo una importante expansión demográfica ligada al desarrollo de una agricultura basada en la explotación cerealista y el viñedo.
Desde la Edad Moderna Fuentesaúco se consolida como uno de los municipios más importantes al sur del Duero y sin ninguna duda en el núcleo de población más grande de la comarca de La Guareña. La villa se convierte en el centro neurálgico de actividades comarcales, des tacando la celebración de un mercado de ganados y de productos agrarios que alcanza un gran renombre en toda Castilla y león lo que lleva a establecer, mediante Real Cédula, la Feria de Ganados de Todos los Santos, a finales del siglo XVIII Y por orden del Rey Carlos III. Festividad que todavía hoy se sigue celebrando aunque haya cambiado su contenido.
Acontecimientos históricos de ámbito nacional como la guerra contra los franceses afectaron de manera muy colateral a nuestra villa, donde se tiene constancia del asentamiento de tropas francesas mientras se pertrechaban para participar en la batalla de Arapiles.
El siglo XX aparece condicionado por un factor que va a resultar determinante: el despoblamiento. Fuentesaúco, al igual que ocurrirá con prácticamente todos los pueblos de Castilla y león, va a sufrir una sangría demográfica constante, que se acelera a partir de 1960, la época del gran éxodo rural, que reduce loso efectivos demográficos a casi la mitad, pasando de casi 4000 habitantes a menos de 2000 en el cambio de siglo. Esta sangría parece haberse frenado en la actualidad por la llegada de población inmigrante, dato sorprendente en un pueblo tradicionalmente emigrador y que ahora acoge a casi 200 extranjeros procedentes de, al menos, 12 nacionalidades diferentes.
También el siglo XX es el siglo de la gran transformación socioeconómica de la villa saucana en la que se va produciendo una pérdida del peso de la agricultura a favor del desarrollo de otras actividades como la industria, los servicios o la construcción. Además el municipio se convierte más que nunca en centro comarcal a partir de una oferta de servicios diversificada que incluye todo tipo de sectores como el educativo, el sanitario, el financiero o el comercio.
Fuentesaúco cuenta con un rico patrimonio tanto religioso como civil.
Iglesia de Santa María Del Castillo. Es el edificio más singular y autentico símbolo de la villa por su porte y elegante majestuosidad. De origen incierto, aunque ligado a la fábrica material como el propio nombre indica y la propia cabecera absidial que tienen reminiscencias de antigua fortificación.
Confluyen en este edificio diferentes estilos, como el gótico tardío, presente en una de sus capillas, pero el estilo por excelencia es el Herreriano tardío. Su fábrica data de comienzos del siglo XVI y es casi seguro que se asienta sobre una edificación previa. Destaca el espacio interior diseñada como un aplanta de tipo salón con un acusado seudatransepto, se accede por un ancha nave sujetada con arcos fajones que da acceso a la zona central cubierta por una impresionante cúpula de estuco.
La fabrica más importante es obra de Hernando de Nantes Navega y estaría datada en el primer tercio del siglo XVII. El elemento singular de este edificio es su elegante y sobria torre rematada en un chapitel octogonal abrazado por una balaustrada corrida y que respondería a un estilo barroco tardío, muy austero y que se construye a lo largo del siglo XVII.
Este edificio fue declarado Monumento nacional en 1974 y hoy en día mantiene el estatus de Bien de Interés Cultural.
Fiestas y Tradiciones
El calendario festivo saucano cuenta con unas fechas ineludibles y que han alcanzado un alto grado de reconociendo.
Sin ninguna duda la fiesta popular más conocida es la de La Visitación, que se celebra el primer fin de semana de julio, cuyo origen se remonta hasta hace más de 400 años y en la que tienen lugar los auténticos y tradicionales “Espantes”.
Son los espantes un espectáculo taurino autóctono e inimitable en el que confluyen varios ingredientes como son los toros, los caballos, los “espantadores” y el propio paisaje formado por el prado de “La Reguera”. De origen incierto, los espantes son una tradición que se pierde en el pasado histórico para convertirse en un acontecimiento antropológico que se ha trasmitido de generación a generación. Se trata de un auténtico acto ritual asentado sobre la base del desafío entre los que acuden al encierro a caballo y los encerradores que acuden a pie.
El desafío consiste en que los de a caballo tienen que intentar sacar de la pradera a una manada de astados compuesta por toros y mansos atravesando una barrera humana que sale al encuentro de la manada, cuerpo a cuerpo y a campo abierto, con el objetivo de impedirlo, espantando a los animales, de ahí el nombre. El rito se realiza cada día tres veces siguiendo la misma mecánica. Los festejos taurinos de La Visitación se complementan con espectaculares encierros de calle y festejos de Plaza con figuras nacionales del toreo que tienen lugar en una Plaza de Toros con capacidad para 5000 espectadores.
La Feria de Los Santos. Importante feria que arranca en la edad moderna y que alcanza un alto rango a raíz de la orden real de Carlos III de 1776 cuando concede su celebración de forma oficial todos los martes y los seis primeros días de noviembre. En su origen era una feria agroganadera, conocida durante muchos años como la feria del ajo, y que hoy se ha transformado en un día de encuentro y exposición y venta de productos de la tierra. Eso sí, sigue convocando a cientos de paisanos de toda la comarca que se acercan a Fuentesaúco a vivir el ambiente festivo y a degustar el plato típico de ese día y servido en todos los bares y mesones de la villa, el “bacalao con moje colorao”.
La Semana Santa. Es la Semana Santa uno de los mejores exponentes de la Semana Santa rural a nivel provincial en tanto ha sabido conservar su austera pureza y por contar con una participación ciudadana sorprendente que se materializa en la existencia de cinco cofradías, siendo la más antigua la de los Nazarenos y la más reciente la de las Damas de la Soledad. A lo largo de la Semana de Pasión se celebran un buen número de procesiones sacando a la calle los impresionantes pasos que son muestra de un arica y valiosa imaginería religiosa que cuenta con la firma de reputados escultores como Juan de Montejo.
Los Quintos. La desaparición de la mili no ha hecho desaparecer una tradición que es vivida con una intensa emoción por los jóvenes de la villa que en teoría entran en quintas y que cada año reviven a través de dos singulares fiestas. La primera de ellas, coincidiría con su entrada en quintas y que se denomina fiesta de la enramada y tiene lugar en febrero y se caracteriza por la colocación a lo largo de la madrugada de enramadas en los balcones y puertas de las quintas.
La segunda fecha importante es la subida del mayo en la noche del 1 de mayo un rito ancestral común a otros municipios, si bien los quintos saucanos presumen de levantar cada año la viga más alta y pesada de la provincia recurriendo a métodos tradicionales, sogas, escaleras y carros, y recurriendo al concurso del numeroso público que acude a ver el espectáculo.
Las Águedas. Se trata de otra antigua tradición. La villa cuenta con una nutrida cofradía que se viste las mejores galas para la procesión y el posterior pasacalles con música tradicional que las acompaña llenando las calles de color y alegría.
Saucano Ausente Cada año, en el mes de agosto tiene lugar esta romería popular y festiva que convoca a todos los saucanos en el paraje de El Cuaíz a compartir una tarde de merienda y verbena campestre. Es un día de encuentro que pretende servir de vínculo emotivo entre los saucanos que viven en la villa y aquellos que residen en otros lugares de la geografía.
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