Laguna de Negrillos, es un municipio y localidad de la comarca del Páramo Leonés, en la provincia de León.
En el siglo X se cita el término geográfico de laguna (lacuna) en referencia a una donación efectuada por Alfonso III. Posteriormente a principios del s. XI se conoce una donación a la iglesia de Astorga dónde se menciona el término de San Pedro de Negrillos. Años más tarde Alfonso VI confirma estas donaciones en un documento dónde aparece la denominación de Monasterio de Negrillos.
En la documentación de Fernando II y Alfonso IX surge repetidamente el nombre de Laguna, ya sea indicándonos el nombre del tenente (delegado del rey), bien cuando se trate de asuntos eclesiásticos relacionados con el obispado de Astorga. Pruebas documentales de los años 1100 señalan a distintos “tenentes de Lacuna de Negrillis” Un documento de 1188 se cita como propiedad de la iglesia astorgana la “eclesiam de Lacuna de Negrillis”
La individualidad histórica de Laguna de Negrillos se realza en tiempos de Fernando II quien entrega la villa a Suero Rodríguez en premio a sus servicios como capital de su señorío jurisdiccional. Laguna de Negrillos se convierte en tierra de realengo que por concesión real pasa a ser tenencia de diferentes señores que se encargan de repoblarla y organizarla.
La definitiva repoblación de las tierras de Laguna se debió efectuar por Alfonso IX quién se empeñó en fortalecer política y militarmente la Vía de la Plata puesto que se convirtió en el único camino de expansión (reconquista) que ha quedado a su reino. Se inicia por estos años la construcción de las murallas y el castillo de Laguna, activándose en la villa las tareas de organización y defensa.
Un hecho trascendente en la historia de Laguna de Negrillos es el otorgamiento del fuero en el año 1205 por parte del rey Alfonso IX. Este se concede seguramente cuando la repoblación ha concluido.
Este fuero se otorga a Laguna y sus trece aldeas: Las desaparecidas hace tiempo: Marcelinos, Torres, Santa María de Cores; el despoblado actual de San Salvador de Negrillos; y las actuales Conforcos, Cabañeros, Grajal, Pozuelo, Ribera, Santa María la Antigua, Villaestrigo, Villamorico y Zambroncinos del Páramo.
La mayor parte de los preceptos contenidos en el Fuero presentan notable semejanza con los del fuero de León a pesar de las diferencias peculiares de un medio rural respecto a una ciudad sede de la corte.
Laguna será visitada frecuentemente por el rey Alfonso IX según se constata en diferentes episodios de su reinado.
Perteneció a la antigua Jurisdicción de Laguna de Negrillos.
Qué ver
El Castillo
En el ángulo suroeste del pueblo, frente el arroyo, aún se elevan las ruinas del Castillo-Alcazar de los Quiñones.
En uno de los documentos copiados en el primer tercio del siglo XII (1101-1129), fechado en 20 de enero de 905; por él, Alfonso II y su mujer Jimena hacen donación a la iglesia de Oviedo de la villa de San Emiliano, en territorio de Coyanza, sin duda el actual San Millán de los Caballeros; se dan como límites los términos de Villamañan, Zuares y Laguna, topónimos que reaparecen en la confirmación de 11 de abril de 906. Ahora bien, es sabido que los documentos copiados en el también llamado “Libro de los Testamentos”, fueron manipulados por el obispo don Pelayo, si bien Sánchez Albornoz estima que se trata de originales más o menos interpolados, pero fehacientes a efectos de onomástica y toponimia. En todo caso si los lugares mencionados pudieron no existir en el siglo X. Queda probada su existencia en el primer tercio del siglo XII con la referencia pelagiana.
En 1085, el 18 de febrero, el monasterio de negrillos aparece incluido entre los bienes restituidos a la mitra de Astorga por Alfonso VI y doña Constanza. Contra la opinión de algún investigador entendemos que este onomástico es el actual San Salvador de Negrillos (Ya desaparecido), a tres kilómetros al sur de Laguna, siguiendo el curso del Regueral, por aparecer los bienes devueltos a Astorga por Alfonso VI, divididos en tres apartados: “in territorios Galleciae”, “in territorio Bericense”, e “in territorio Astoricense”, y en este último sector de la referencia “monasterio de Negrillos cum sua hereditate”.
La importancia de Laguna data de la segunda mitad del siglo XII, con la separación de los reinos de León y Castilla.
Los monarcas leoneses se preocupan de poner en condiciones de defensa, o de ataque, la línea fronteriza, cobrando el Esla señalada significación estratégica. En la documentación de Fernando II y de Alfonso IX surge repentinamente el nombre de Laguna, ya sea indicándonos quien es el “Tenente” de la plaza o ya se trate de asuntos eclesiásticos relacionados con el obispado de Astorga.
Pero el momento culminante se alcanza a principios del siglo XIII con la concesión por el último monarca leones del Fuero de Repoblación, que se puede fijar en 1205.
Laguna se convierte en la capital de su señorío compuesto por trece aldeas, cuyos términos se precisan; en ella se celebra un mercado semanal, cuya paz garantiza con la caución de setenta sueldos; sus habitantes, así como los del alfoz, viven obligados a mantener en buen estado el castillo y las murallas, que aún estaban en pie en el siglo XVI. El alcázar de Laguna de Negrillos, donde se retiró a descansar Suero de Quiñones, terminado el Passo Honroso y desde donde emprendió la peregrinación a Santiago en acción de gracias. Donde Doña María de Toledo, muerto su marido y presos sus hijos, Pedro y Suero, se alza contra el poder real, haciendo precisa la venida en persona de Juan II para someterse en 1448. Vistas por el Sur y por el Este.
Villa de realengo, frecuentada por el citado rey, que utiliza como base de su penetración en Castilla al morir Enrique I, a la que tiene que replegarse después de su fracaso en dicha empresa y desde la que otorga el realengo de Cofiñal a Nuño Froilaz en 1217.
Con la unión definitiva de los reinos de León y de Castilla (1230), Laguna pierde importancia estratégica y puede ser objeto de concesión a particulares, así sucede en el siglo XIV, según se deduce de confirmación del Fuero hecha por Fernando IV en 1303; la propiedad ha pasado a manos de doña María Fernández, “ama de la reina Doña María, mi madre y de la infanta Isabel, mi hija”. De manos de sus poseedores pasara, por compra, a la de los Quiñones, a fines de este mismo siglo. El testamento otorgado en 1388 por Pedro Suárez de Quiñones, por el que instituye heredero a su sobrino Diego, contiene una clausula que se refiere a la adquisición de Laguna de Negrillos; por ello sabemos que esta villa era poseída por una monja, pariente del adelantado, que vivía en Madrid y se llamaba Leonor Fernández, a medias con Mari Gutiérrez de Quixada, y que él había comprado su derechos a las dos señoras, a la monja en 50.000 maravedis y a la otra señora en 60.000, que había abonado la suma integra a la Quizada, pero le faltaba pagar 25.000 a la monja. Manda a su heredero que liquide la deuda y resarza a su viuda con la mitad de las sumas abonadas, dándole facilidades para la extinción de la obligación mediante el pago diferido, aplicando las rentas y frutos de dicho lugar. De esta manera la villa de Laguna de Negrillos con su señorío pasa a Diego Fernández de Quiñones.
La Iglesia de San Juan Bautista
La Iglesia de San Juan es la parroquial, construida entre los siglos XV y XVI. La puerta de acceso esta guarnecida con una pequeña armadura, muy deteriorada, a la que sustentan seis columnas de piedra con el fuste acanalado, llevando basa, ática y capital toscano.
Más antiguo, aunque de difícil datación, es una pequeña pila de agua bendita, de forma circular con un extraño rostro al frente.
En el altar de la Iglesia se encuentra el Sagrario del siglo XI, de buena talla. Entre las imágenes cabe destacar, un arcángel, San Miguel, de escasa calidad barroca y una Virgen con un Niño del siglo XIII.
La Iglesia de Nuestra Señora del Arrabal
Su construcción data del siglo XI como sinagoga de los Júdios. Con la expulsión de estos de España, la estructura se renueva casi por completo en el siglo XIV y es lo que actualmente podemos ver. Tiene la puerta de entradas en arco rebajado que se remata con un frontón recto.
El presbiterio cubre con bóveda de crucería, cuyos terceles son de yesería policromados.
En la cabecera de la Iglesia hay un retablo central con trece tablas del siglo XVI, de vivo colorido, que representan el nacimiento y muerte de Cristo. Así como la talla de una Virgen gótica, totalmente vestida, con un niño en la mano y una pequeña bola, que simboliza el mundo, y el pueblo ha bautizado con el nombre de “Virgen del Arrabal”.
También puede señalarse como de importancia artística, algunos de los escudos heráldicos pertenecientes a antiguos caballeros nobles de la villa con cuerpo dividido en cuatro cuarteles y escusón central, que hoy todavía se encuentran en la fachada central de algunas casas de la localidad.
- Fuente: wikipedia