El pueblo de La Vecilla es un ejemplo claro del encanto que tienen los enclaves fronterizos entre monte y ribera. Como Boñar, Cistierna, Matallana o La Robla, goza de las dulzuras de la vega anchurosa y el aire puro aunque bravío de las cresterías vecinas.
Su nombre sugiere ave cantora, con la natural evolución que la toponimia imprime a las palabras: Leemos, así, su nombre de la Edad de Oro, en apellido de un ilustre hombre de letras del solar nobiliario del pueblo: Es D. Pedro de la Vezilla Castellanos, autor del ´León de España´, saga legendaria a la que se ha hecho referencia.
Más adelante, en la carta de compra de la jurisdicción que La Real Encartación de Curueño (a la que perteneció el pueblo) realizó a Felipe II, en 1584, el nombre lleva grafía de La Avecilla. Cosa que continúa hasta mediados del siglo XVIII, como se lee en el catastro de Ensenada y en el mapa geográfico de D. Tomás López, de 1786.
Sin embargo, desde mediados del siglo XVII, un número elevado de labras heráldicas diseminadas por toda la actual Mancomunidad dan como solar matriz del propietario el nombre actual de La Vecilla, apellido que se repite en muchos pueblos de La Encartación y Los Argüellos.
Cuando un hidalgo cambiaba de localidad debía acreditar su condición de noble, y dichas pruebas de hidalguía del apellido se reiteran en la Sala de Fijosdalgos de la Real Chancillería de Valladolid. En ellas se verifican otras grafías, como Avezilla, y Abecilla, hasta que se consolidó el nombre actual.
Sirva esta digresión para dar fe de la nobleza del lugar, que certifica la existencia de un Torreón Medieval, del siglo XII, reconstruido en el XIV, y acabado de remodelar por el Ayuntamiento, junto con la plaza que lo une a la iglesia. Este entorno de edificación casi milenario, perfectamente puesto al día, se complementa con casas solariegas, adinteladas, balconadas y con herrajes, del casco antiguo, en que campean rosetones en piedra, de ascendencia inmemorial. A todo ello se añaden una serie de cuatro labras heráldicas: Tres situadas en diversos muros y una en la propia iglesia parroquial. (Es una lápida sepulcral del año 1585).
Esta acumulación de signos es prueba clara de que la perfecta ubicación del pueblo, entre los valles de Boñar y Matallana, acceso para Valdelugueros y el puerto de Vegarada, punto de arranque hacia el páramo sur y estación principal del ferrocarril. Todo ello lo convierte en un enclave de privilegio, ya valorado desde antiguo.
Cuando la etapa constitucional modificó las estructuras territoriales españolas, y se abolieron los señoríos, La Vecilla pasó a ser cabeza de su propio Ayuntamiento, sede de Partido Judicial, Juzgados y Registro de la Propiedad. De ello, después de las últimas reformas, solo resta el Registro, lo que no es poco ante la equivocada política centralizadora que asola las zonas rurales.
La Vecilla de Curueño es un municipio de España que se encuentra a 46 kilómetros de la provincia de León. Entre las cosas que caracterizan a La Vecilla podemos destacar su torreón medieval, la iglesia parroquial o la cría de gallos de pluma.
Situada a 1036 metros de altura y a la entrada del alto valle del río Curueño, esta población es capital y punto de partida hacia el interior de una mítica comarca. No en vano los alrededores de este río guardan centenares de leyendas que han despertado la inquietud de poetas y cronistas de todas las épocas. Existen pocos ríos tan “poéticos” como el Curueño: su raudo fluir entre pequeñas y olvidadas aldeas, sus impresionantes hoces y cascada oculta, y otros muchos mitos siguen vivos entre las rocas de este profundo valle. El viajero nunca podrá olvidar su encanto porque será capaz de sentir y experimentar toda la gama de sensaciones que le ofrecerá la zona.
En La Vecilla, existe un torreón medieval fortificado de planta cilíndrica que fue, en el Medievo, parte del extenso patrimonio de los nobles leoneses condes de Luna. Durante muchos años derruido, hoy podemos verlo restaurado como Ayuntamiento.
La Iglesia parroquial de La Vecilla data del siglo XVIII y es realzada por su retablo barroco. Toda la Mancomunidad del Curueño conserva un rico legado natural, tanto botánico como faunístico, destacando la famosa Reserva Nacional de Caza de Manpodre, situada en la parte alta del valle, y la abundancia de truchas en las transparentes y agitadas aguas del Curueño.
El torreón medieval situado en la calle de la Constitución número 3, se encuentra en el centro urbano de La Vecilla, junto a la iglesia parroquial. El torreón cilíndrico fue construido en el siglo XII y desde entonces ha tenido varias utilidades. Se cuenta que en la Edad Media formó parte de las riquezas de los condes de Luna siendo una casa-fortaleza de fines militares. Hasta mediados de los años setenta del siglo pasado fue sede del juzgado y la cárcel del municipio. Después se dejó de utilizar y progresivamente se convirtió en un edificio en ruinas hasta que en el año 2000 fue restaurado. Actualmente, en el torreón medieval, se ubica el ayuntamiento de la localidad que, además de La Vecilla, comprende los siguientes pueblos: Campohermoso, La Cándana de Curueño y Sopeña de Curueño.
El Museo del Gallo, inaugurado el día 1 de Marzo de 2014, está ubicado está ubicado en el antiguo ayuntamiento de La Vecilla, frente al consistorio.
Fuente y más info:
http://www.mancomunidadcurueno.com
Fotografías: mancomunidad del curueño tesoros de la mancomunidad del Curueño