El emperador Carlos V castiga a Salamanca/Reino de León
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Como castigo a los salmantinos que habían apoyado la rebelión, Carlos I ordenó también desmochar las torres de sus palacios (como se puede ver en la falta de torre en la esquina de la Casa de las Conchas, casa solar de los Maldonado), salvándose la torre del Clavero, la torre del Aire y pocas más.
El cabecilla de los Comuneros de Salamanca era Francisco Maldonado, señor del pequeño concejo de El Maderal, en la actual provincia de Zamora, del que recibía un tributo en dinero, especies y trabajo, y gozaba de la facultad de nombrar al justicia y al escribano, dando el visto bueno a las ordenanzas y proponiendo al beneficiario de la iglesia.
Algunos autores consideran que estas prerrogativas, aunque recortadas con respecto a un Estado feudal, tenían amplias contrapartidas en beneficio del concejo, ya que los Reyes Católicos defendieron a los concejos frente a los señores, dándoles opción a defender sus derechos ante los tribunales, lo que sería la causa de la implicación de los Maldonado en la sublevación comunera.
Otros consideran que tal argumento viene desmentido por los hechos, como se evidencia en la alianza entre los sectores de la pequeña nobleza del linaje de los Maldonado con la incipiente burguesía y las clases populares de la ciudad, en contra de la política imperial de Carlos I.
En un principio fue su primo Pedro Maldonado el encargado por la Junta en Salamanca de dirigir las milicias salmantinas. Sin embargo, debido a que era yerno de uno de los más cercanos colaboradores del rey Carlos I, el Conde de Benavente, su liderazgo causaba algún recelo en los estamentos populares de la ciudad, por lo que pasó a capitanearlas su primo: Francisco Maldonado.
Resueltos estos recelos, compartieron el liderazgo. Ambos fueron hechos presos en abril de 1521 en Villalar. Francisco Maldonado fue ajusticiado en Villalar con los también famosos Bravo y Padilla. La pena de muerte de su primo Pedro, sin embargo, no se ejecutó hasta un año después.
El pendón de los comuneros de Salamanca, único vestigio existente de la gesta y recientemente restaurado, se conserva en la capilla de Talavera, de la Catedral Vieja de Salamanca, fundada por Rodrigo Maldonado de Talavera, abuelo de Francisco y de Rodrigo.
La ciudad de Burgos jugó un papel decisivo en la Guerra de las Comunidades de los Reinos de Castilla y de León, ya que finalmente estuvo en el bando del emperador Carlos V. Los procuradores de Burgos apoyaron, en Santiago de Compostela, para que Carlos V consiguiera el ‘servicio’ solicitado. Carlos V, por medio de Fadrique Enríquez y Adriano de Utrecht aceptó conceder un segundo día de mercado y el mantenimiento de sus privilegios comerciales. En Villalar, 23 de abril, el Condestable de los Reinos de Castilla y de León acudió con un ejército, en el que iban más de un millar de burgaleses favorables al emperador.
Textos: Prof. Dr. Hermenegildo López González y Martínezld . Colaboración historiográfica. Dr. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez.