Os habéis preguntado en qué hay que fijarse a la hora de comprar mascarillas de tela. La farmacéutica Marián García recomienda a Maldita Ciencia fijarse en que en su etiquetado se indique que cumple la norma UNE 0065. Os explicamos por qué.
Hay tres tipos de mascarillas de tela, según la farmacéutica. Por un lado, están las mascarillas que cumplen la norma UNE 0065, que son lavables. García recomienda comprar este tipo de mascarillas, ya que dicha norma (que debe aparecer en el etiquetado) garantiza que va a cumplir unos requisitos mínimos de eficacia de filtración bacteriana y también unos requisitos mínimos de respirabilidad.
“Hablamos de respirabilidad cuando nos referimos a la presión diferencial que es necesario hacer para hacer pasar el aire a través de la mascarilla”, explica en Twitter Gemma del Caño, farmacéutica especialista en seguridad alimentaria. Esto es “realmente importante” porque una elevada respirabilidad hará que nos cueste mucho esfuerzo inspirar y, en casos concretos, “puede ser peligroso porque nos costará mucho más coger aire»
Al comprar las mascarillas que cumplen la norma UNE 0065, García aconseja fijarse en que tengan una forma similar a la de la mascarilla quirúrgica: “Esto es importante porque si utilizas una tela que cumple la filtración y la respirabilidad, pero tiene, por ejemplo, la costura en el centro, en la parte en la que está la costura no puedes garantizar esa filtración correcta”. Si además tienen algún tipo de ajuste para la nariz, aunque no es obligatorio, también es recomendable.
El segundo tipo de mascarillas de tela son las que no cumplen la norma 0065, pero los fabricantes han hecho sus propios tests y alegan que cumplen unos criterios de eficacia y respirabilidad.
Antonio Blanes, director de Servicios Técnicos del Consejo General de Farmacéuticos, explica a Maldita Ciencia que en la web del Ministerio de Industria hay una lista orientativa de los materiales que han proporcionado diferentes fabricantes junto con información de los ensayos y las declaraciones donde indican las prestaciones de sus productos.
“No obstante, otros materiales o combinaciones de estos serían admisibles siempre que se verifique a través de ensayos que cumplen los requisitos dados en esta especificación”, afirma.
Comprobar si realmente estas mascarillas cumplen los criterios de respirabilidad y la eficacia de filtración bacteriana es complicado, según García: “En la mayoría de ocasiones, como usuario no lo vas a poder saber si no le pides ensayos a laboratorios”.
Aun así, si decides utilizar una de estas mascarillas, es importante tener en cuenta algunos factores. A veces tienen un espacio para colocar un filtro de protección desechable. García recomienda evitar poner filtros caseros o, por ejemplo, filtros de café o para la aspiradora.
“Mi consejo es comprar en farmacias los que vienen homologados y fijarse en que vayan ajustados a la mascarilla en concreto. Si son más pequeños, estamos exhalando por partes de la mascarilla que no pasan por el filtro”. Los filtros deben hacer referencia en su etiquetado a la norma UNE-EN 143:2001, según el Ministerio de Sanidad.
También hay que desconfiar de mascarillas en las que se indica que tienen tejido FFP2. “Es importante desmentirlo. FFP2 no es un tejido, es una certificación que mide muchos parámetros”, advierte.
El tercer tipo son las mascarillas caseras o hechas con cualquier tipo de tela que no han pasado ningún tipo de control ni de ensayo. En Maldita Ciencia ya os explicamos cuáles son los materiales más eficaces para hacer mascarillas en casa.
“Yo recomendaba hacerlas en marzo porque no había otra cosa, pero ahora tenemos mascarillas higiénicas que cumplen la norma. Hacernos una mascarilla con tela de camiseta, de bufanda o de una bayeta teniendo otras alternativas económicas no es la mejor opción”, concluye la experta.
Publicado originalmente en Maldita.es. Sección realizada en colaboración con Maldita.es.