Afectado por conflictos graves como han sido el encaje de los territorios del País Vasco y Cataluña en el conjunto de España, el Estado Español no ha sido capaz de abordar otro problema territorial de tanto o mayor calado: la degradación de una de sus grandes regiones históricas, la de León, al privarla de la autonomía que gozan las demás y gobernarla, a modo de rancio protectorado, desde la región vecina.
El de León no es el hundimiento de un territorio de la España vaciada. Es algo mucho más grave: el resultado de la privación del autogobierno, la autonomía, a una región que figura destacadamente en el escudo de España por ser forjadora esencial de la historia y unidad del país.
Sus monarcas llevaron el título de Imperator totius Hispaniae; impulsaron los fueros, la justicia y la cultura en territorios con diversas lenguas; crearon las primeras Cortes con representación del pueblo llano, tal como reconoce la UNESCO en la Memoria del Mundo. Y a este pueblo, entregado en cuerpo y alma al fortalecimiento de España, los creadores del Estado de las Autonomías, le negaron los derechos que sí concedieron al resto de territorios hispanos.
La creación del Estado de las Autonomías, por políticos desconocedores de la historia y realidad social, ha sido el punto crucial del hundimiento de los territorios leoneses.
Los creadores de la nueva organización territorial trazaron nuevos límites territoriales en el país como si se tratase de un ámbito colonial africano. Desde aquella decisión nefasta, y gobernadas desde otro territorio, las provincias leonesas se han situado a la cabeza de la despoblación y el hundimiento económico de España. Cualquier observador imparcial lo sabe, salvo las dirigencias de los partidos mal llamados “nacionales” que no se atreven a abordar un problema que no es tanto de vaciamiento, sino de una aniquilación histórica.
…La aniquilación de una sociedad que se desarrolla con la colaboración de los partidos mayoritarios que ven cómo se desdibuja y manipula la realidad histórica, cómo se destruye el tejido social e industrial, cómo se desprecia la cultura y personalidad leonesas. El resultado va mucho más allá del vaciamiento poblacional, porque implica también la anulación de una sociedad con historia y cultura y hasta con una lengua autóctona, catalogada hoy como en peligro de extinción por la UNESCO, institución que ha pedido acciones en su defensa…
Nuestra asociación de Amigos de los Decreta –defensora del Patrimonio Histórico Leonés- no sólo se ve en la obligación de denunciar públicamente la complicidad de los partidos mayoritarios en este expolio, sino de advertirlo públicamente para que el ciudadano sepa quienes le representan y quienes le roban la historia y el futuro.
Desde Amigos de los Decreta, reclamamos el fin del despropósito llevado a cabo por los “prestigitadores” que diseñaron la artificiosa división territorial hispana ignorando los derechos al autogobierno de una región histórica clave: la leonesa; una región, además, ferviente defensora de una España moderna, integradora y democrática.
Por todo ello no nos sentimos víctimas de un vaciamiento poblacional, sino de un desfalco histórico, consumado al privar de los derechos al autogobierno de los leoneses, y poner a esta sociedad bajo el gobierno y dominio de una región vecina. En esa degradación está la razón del hundimiento total del territorio.