El Reloj de la Puerta del Sol, el más famoso y popular de España, fue construido en Londres a finales del siglo XIX por el leonés afincado en la ciudad inglesa, José Rodriguez Losada (Iruela, León 1797–Londres 1870), quien lo donó a la Villa de Madrid. Fue en 1866 cuando se inauguró en lo alto de la Real Casa de Correos.
El histórico reloj conserva su maquinaria original casi al completo y es revisado cada semana por los relojeros de Casa Losada encargados de su cuidado; en los días previos a las campanadas comprueban a diario su estado y precisión.
El reloj cuenta con una maquinaria fácilmente desmontable -ya que cualquiera de sus piezas se puede desarmar por separado sin necesidad de tener que desmontar el reloj– y especialmente precisa, que origina que únicamente se retrase cuatro segundos al mes. Esa precisión es en parte debida a la presencia de un gran péndulo de tres metros de longitud que tarda dos segundos en realizar su recorrido.
¿Sabes que el reloj de la Puerta del Sol lo hizo un leonés de La Cabrera?
Pues fué realizado por el Relojero Losada. El 8 de mayo de 1797 nace José en un pueblecito de la provincia de León denominado Iruela. Su padre Miguel Rodriguez y su madre María Conejero. Su nombre debería haber sido José Rodriguez Conejero pero era costumbre que las personas al emigrar, máxime si era de condición noble, que adoptaran el apellido de la jurisdicción donde habían nacido, y como Iruela pertenecía a Losada, el adquirió de mayor ese apellido.
En 1863 el relojero leonés José Rodríguez Losada (conocido simplemente por el apodo Losada) que había construido cronómetros marinos de precisión para la Armada Española decidió reunirse con las autoridades municipales de la época y donó gratuitamente la maquinaria de un nuevo reloj más preciso que substituyera al viejo e impreciso reloj de gobernación.3 Tres años tardó en construir el nuevo reloj y finalmente el 19 de noviembre de 1866 el nuevo reloj fue inaugurado por Isabel II como conmemoración de su cumpleaños. La campana del reloj posee una dedicatoria.
En 1865 donó a la Villa de Madrid el reloj que todos conocemos en la Puerta del Sol y al que dedicó más cuatro años de trabajo en Londres ya que era su ciudad de residencia por hallarse exiliado.
Las primeras campanadas que se televisaron fueron en diciembre de 1962