En época del escritor, este espacio había sido una antigua tabernilla y un pajar.
Desde la ventana de la Biblioteca del Museo Cervantes de Valladolid se divisa su patio. Este patio posterior de la vivienda conserva la distribución original del corral al haberse conservado el muro de separación que primitivamente separaba las casas vecinas. Fue la zona usada como cocina. Sobre el muro se han colocado los cuatro relieves en hierro fundido con episodios del Quijote que en 1877 fueron modelados por el escultor Pablo Santos de Berasategui para decorar el pedestal del monumento que aquel mismo año se dedicó al ilustre escritor.
La visita al Museo Cervantes se inicia ingresando a la sala de lectura de la antigua Biblioteca Popular y Cervantina, sintiendo el palpable recuerdo de la actividad literaria de Cervantes.
El 23 de abril de 1916 se abrió al público esta biblioteca con un depósito de libros de la Biblioteca Nacional y de la colección del propio marqués de la Vega Inclán. Llegaron a reunirse más de 4.000 ejemplares. En sucesivos años se adquirieron más volúmenes, aumentando el fondo bibliográfico hasta los 10.000 ejemplares. Llegó a ser la segunda biblioteca más importante del país tras la Biblioteca Nacional.
La gran mesa de nogal es un excelente ejemplo de mueble barroco del siglo XVII, mientras que las estanterías se fabricaron en 1916 según un diseño muy clasicista.