El castillo de los templarios de Ponferrada, se encuentra se alza sobre una colina en la confluencia de los ríos Boeza y Sil en la Ciudad de Ponferrada. Los templarios se instalaron en el Reino de León en 1178, siendo Guido de Garda Maestre provincial del Temple.
Desde la puerta del castillo viejo se ve el patio de armas del nuevo reciento. Adosadas a otra línea defensiva, se encuentran varias dependencias, como la Galería de los Azulejos, derruidas y cubiertas de escombros debido a que 1811 una orden de la Regencia del Reino manda que vuelen las dependencias interiores (el daño no debió ser muy grande porque en 1815 se ofreció en sus salones un baile de sociedad) y a que desde que en 1848 el Ayuntamiento de Ponferrada, con la oposición frontal de la Comisión de Monumentos de Ponferrada, la empezase a utilizar como cantera local y mil otras felonías que culminaron en 1923 cuando se volaron sus muros para la construcción de un campo deportivo.