Este antiguo palacio se encuentra junto a la Iglesia de la Trinidad, y lamentablemente sólo se conserva la magnífica portada, ya que fue destruido tras un incendio en 1.923.
Más que por su importancia arquitectónica, el “Palacio de las Leyes” de Toro, destaca por haber sido testigo de un importante capítulo histórico relacionado con la reina Isabel la Católica.
En 1505, mes y medio después de la muerte de la soberana, ocurrida el 26 de noviembre de 1504, este señorial palacio, fue el escenario escogido para la celebración de las conocidas como “Cortes de Toro”.
Se construyó en el siglo XV, y fue sede de las Cortes de Toro en 1.505, donde, tras la muerte de Isabel la Católica, se promulgaron las famosas Leyes de Toro (de ahí su nombre), consistentes en 83 disposiciones que regulaban la sucesión y herencia. Estas leyes fueron la base para nuestro actual Código Civil. Fue también palacio de la corona de Castilla y de León, y casa natal del poeta Luis de Ulloa Pereira.
La portada es gótica, enmarcada en un alfiz decorado con motivos vegetales y con los escudos de Castilla y León y de Sosa y Ulloa.
Durante la celebración de estas Cortes, abiertas el 11 de enero, se proclamó reina a Doña Juana, hija de los Reyes Católicos, y se leyó el testamento de la reina Isabel, entre cuyas disposiciones está el origen de la iniciativa legislativa a partir de la cual se promulgaron las 83 “Leyes de Toro” en marzo de ese mismo año.
En la actualidad, sólo podemos admirar su bella portada, ya que en 1923, un devastador incendio arrasó el palacio.
Las Leyes de Toro de 1505 son el resultado de la actividad legislativa de los Reyes Católicos, fijada tras la muerte de la Reina Isabel con ocasión de la reunión de las Cortes en la ciudad de Toro en 1505 en un conjunto de 83 leyes promulgadas el 7 de marzo de ese mismo año en nombre de la reina Juana I.
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