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El Museo de Salamanca recibe dos cuadros de Zacarías González donados por la Asociación de Amigos para integrarlos en sus fondos

El delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca, Bienvenido Mena, ha recibido de manos del presidente de la Asociación de Amigos del Museo, José María Benéitez, dos cuadros de Zacarías González donados desinteresadamente y que se integran en la colección permanente del centro.

Museo De SalamancaLa Asociación de Amigos del Museo de Salamanca se fundó a mediados de los años 80 del siglo pasado y desarrolló una importante labor de difusión de las actividades del centro, además de complementar su programación y contribuir a la organización de todo tipo de eventos. La Asociación llegó a tener, en 1999, 225 socios. Tras unos años inactiva, en este momento se plantea su refundación y, antes de hacerla efectiva, sus miembros han querido donar al Museo dos cuadros del pintor salmantino Zacarías González que pasan a formar parte de los fondos del centro museístico.

El delegado territorial, durante el acto simbólico de entrega de las obras, ha agradecido a la Asociación, en la persona de su presidente, José María Beneítez, “el cariño y la dedicación que habéis demostrado por el Museo de Salamanca y por nuestra cultura y su difusión”.

Bienvenido Mena ha asegurado que “en la tarea de conservar y difundir nuestro patrimonio cultural, los gobiernos encontramos un aliado fundamental en las asociaciones de amigos de los museos, reconocidas en nuestra ley autónomica de museos”. “La Asociación de Amigos del Museo de Salamanca, que nació en la década de los años 80 del siglo pasado, fue un revulsivo para este centro. Su actividad y la implicación de sus miembros supuso dar a conocer el Museo, difundir sus actividades y desarrollar todo un programa paralelo y diverso que contribuyó a engrandecer la tarea de los gestores del propio centro”, ha subrayado el delegado de la Junta.

Las dos obras que hoy se integran en la colección del Museo se expondrán, como “Pieza del Mes” hasta el 6 de marzo. Se trata de dos pequeños cuadros, correspondientes a dos fases diferentes de la trayectoria del pintor salmantino Zacarías González: la ‘abstracta informalista’ y la ‘segunda figuración’.

La primera obra es similar a las realizadas en el periodo 1960-61: elementos verticales claramente delimitados en un fondo pasivo y la figura destacada por algunos elementos de vivo cromatismo. La segunda obra es una vuelta a la figuración de un artista que ya ha pasado por la abstracción por lo que los elementos reales representados adquieren nuevos niveles y son incluidos como elementos cargados de significados relativos a la personalidad del autor (referencias al oficio del artista, a su entorno, a su amor al cine, etc) objetos que se repiten en muchas de su obras de este periodo.

Notas sobre el artista

Zacarías González nació en Salamanca el 11 de febrero de 1923. Aquí empezó a dibujar y esta habilidad fue pronto descubierta. Con catorce años Juan Aparicio, director de la Gaceta Regional, le contrató para colaborar en el diario. En 1949 tras lograr el título de maestro, realiza su primera exposición individual en la Escuela de San Eloy, donde acababa de comenzar a trabajar como profesor de dibujo. Al año siguiente ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, y  expone en las galerías ‘Sala Clan’ en enero de 1951 y en ‘Bucholz’ en 1952. A partir de ese momento sus exposiciones se multiplican.

En la Escuela de San Fernando continúa como alumno libre hasta 1954, forzado por su presencia en Salamanca para impartir sus clases. La relevancia que  alcanza en ese momento se refleja en que la primera galería de arte que se inaugura en Salamanca en 1952, la ‘Sala Artis’, lo hace con una exposición suya. Estos son los años de su maduración como artista, en los que se empapa de todas las novedades de la vanguardia internacional. Sin duda su paso por Madrid marcaría su cambio a la abstracción, que empieza a mostrar en la galería madrileña ‘Fernando Fe’ en 1957 y 1958. La obtención entonces de la cátedra de dibujo en la Escuela Normal de Magisterio de Salamanca le ligó definitivamente a su ciudad.

Tras exponer en 1962 en París, en la galería ‘Lambert’, participa en exposiciones colectivas en Tokio y Roma, así como en Lausana y La Habana. Pero a partir de 1963 sus exposiciones se detienen durante un largo periodo.  El recogimiento que le proporciona Salamanca le aparta de la primera línea artística, por más que tenga un importantísimo papel de magisterio entre los jóvenes artistas de su ciudad. Sólo que su muerte, el 4 de octubre de 2003, tuviera lugar en Alicante empaña circunstancialmente ese vínculo salmantino.

Gran cinéfilo, en muchas de sus pinturas se rastrea la huella de esta su gran afición en forma de alusiones cinematográficas, de retratos de sus actrices preferidas incluidos en algunos de sus cuadros y de la creación o recreación de carteles cinematográficos como ejercicio pictórico. Melómano empedernido, experto sobre todo en música de jazz, también la música ha dejado huella en sus cuadros en forma de títulos (‘Suite de Nueva Orleáns’) o de alusiones temáticas, según indica Elvira Díez Moreno.

Fases pictóricas de Zacarías González

Primera etapa figurativa: 1940-1958/60

La temática de sus obras se centra en el bodegón, el paisaje y la figura humana. Esta etapa, a su vez, se ha dividido en dos momentos, el primero “salmantino”, en el que destaca su faceta de dibujante. El segundo “madrileño”, en el que el pintor descubre  los movimientos de vanguardia.

Abstracción: 1958/60-1965/67

Representa la de mayor proyección de Zacarías González , tanto en España como a nivel internacional. Elvira Díez Moreno distingue tres fases sucesivas dentro de este periodo: abstracción geometrizante, informalismo  y postinformalismo.

El informalismo representa el periodo más importante de los tres, tanto por el número y calidad de las obras, como por las numerosas exposiciones, en Francia principalmente.

Segunda figuración: 1965/67- 2003

Descrita esta tercera y última etapa por Elvira Díez como un realismo intimista, por su forma de acercarse a la realidad y enfocarla. Ahora incorpora matices surreales, a veces cercanos al realismo mágico. En este periodo, el artista se aparta poco a poco de los circuitos comerciales y de las novedades que van surgiendo en el mundo del arte.

De nuevo bodegones y la figura humana, ahora a través de payasos, artistas, meninas, pajes o maniquíes y esculturas. Además, aparecen temas urbanos, barrios antiguos y edificios viejos. En fachadas y puertas desvencijadas pervive su arte abstracto.

  • Texto: comunicación jcyl

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