Los fondos inaugurales del archivo, ubicado en Alcalá de Henares, abordan temas como el feminismo, la lucha obrera, la lucha LGTBIQ y la memoria de las personas afrodescendientes, y estarán disponibles para los investigadores a partir de septiembre. El ministro de Cultura se ha reunido esta mañana con representantes de diversas entidades que han contribuido a reunir un legado documental representativo de los movimientos sociales de la España contemporánea. También ha firmado el acta de depósito de los fondos de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, que incluyen vídeos, fotografías, libros y objetos históricos. Se trata de una acción enmarcada en ‘Cultura con Memoria’, lema bajo el que el Ministerio de Cultura realizará sus actuaciones relacionadas con memoria democrática
El Ministerio de Cultura ha puesto en marcha el Archivo Histórico de Movimientos Sociales, situado en Alcalá de Henares (Madrid). El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha reunido hoy en la sede del archivo con las primeras asociaciones y particulares que han cedido sus fondos, así como con otros colectivos y personas que han mostrado su interés en aportar su legado documental a este nuevo archivo estatal, cuyo objetivo es fomentar la investigación y la difusión de los movimientos sociales y del activismo civil en el último siglo en España.
Las entidades participantes en el encuentro han sido la Asociación de los Amigos de las Brigadas Internacionales, El Club de las 25, Conciencia Afro, el PCE, la Fundación 1º de Mayo, la Asociación Pasaje Begoña, la Fundación Pedro Zerolo, el Instituto de Historia Social Valentín de Foronda y el jurista e investigador Juan José del Águila.
La puesta en marcha del Archivo Histórico de Movimientos Sociales se enmarca en ‘Cultura con Memoria’, lema bajo el que el Ministerio de Cultura realizará sus actuaciones relacionadas con memoria democrática, una línea de trabajo transversal que el ministro considera prioritaria: “Nuestro Ministerio de Cultura defenderá siempre la memoria frente a aquellos que promueven el olvido y el desprecio de las víctimas de la dictadura”, manifestó Urtasun. “Lo que hacemos hoy, con la apertura pública de este archivo, es cumplir con nuestra obligación en cuanto administraciones: velar por la verdad, justicia y reparación de las víctimas”, añadió.
Asimismo, el ministro subrayó el agradecimiento a las entidades implicadas, defendiendo que “queremos ir más allá de la simple custodia de unos documentos. Queremos que esta recuperación forme parte de un proceso colectivo y participativo y trabajaremos para promover la construcción y el uso social de los archivos y de nuestro patrimonio documental”.
En este primer acto público del nuevo archivo, gestionado por la Subdirección General de Archivos Estatales y con sede compartida con el Archivo General de la Administración, el ministro también ha firmado el acta de depósito de fondos en virtud del acuerdo por el que el Archivo Histórico de Movimientos Sociales acoge y promueve el estudio y el conocimiento de los fondos de la Asociación de los Amigos de las Brigadas Internacionales, representada en el acto por Carlos Domínguez, miembro de la junta directiva de la entidad.
En palabras de Urtasun, “las Brigadas Internacionales simbolizan esa razón, esa esperanza en la democracia de una Europa abocada entonces, como tantas veces, a las guerras y a los totalitarismos. Esa lección de generosidad de las Brigadas Internacionales nunca se ha apagado, al igual que la deuda de gratitud con los miles de voluntarios que se unieron en defensa de la República española y cuya memoria regresa ahora a este archivo”, explicó.
Será a partir de septiembre cuando los investigadores podrán solicitar la consulta de estos archivos generados -en muchos casos, en la clandestinidad o en el exilio- por organizaciones políticas y sociales de oposición al franquismo, además de por grupos ecologistas, asociaciones feministas y destacadas personalidades. De estos fondos, ciudadanos e investigadores ya pueden conocer una selección de documentos en la página web del archivo, que se acaba de poner en marcha.
Brigadas Internacionales
El acuerdo escenificado este martes entre el Ministerio de Cultura y la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales posibilita que el Archivo Histórico de Movimientos Sociales acoja, entre sus fondos inaugurales, un volumen aproximado de 10 metros lineales de documentación, vídeos, fotografías, libros y objetos de relevancia histórica sobre miles de voluntarios extranjeros, de 50 países, que participaron en la Guerra Civil Española integrados en el Ejército Popular de la República.
El fondo está formado, en gran parte, por las donaciones de brigadistas y de sus familiares a la asociación. Entre los ficheros gráficos y audiovisuales sobresalen los del general Walter, brigadista internacional; o un segundo archivo de instantáneas donado por brigadistas búlgaros, además de entrevistas que se han venido realizando desde 2007 como parte de un proyecto de recuperación de Memoria Oral.
Feminismo, sindicalismo, lucha obrera, libertades…
Las manifestaciones feministas en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las protestas con conocidos cantautores en la universidad durante la Transición y las filas de objetores encadenados a las rejas del Cuartel General del Ejército de Tierra son algunas de las imágenes que representan la pluralidad y diversidad de los movimientos sociales del último siglo en España.
Precisamente, dos de los archivos más voluminosos en el Archivo Histórico de Movimientos Sociales pertenecen a la Federación Provincial de Asociaciones de Mujeres ‘Flora Tristán’ y al Centro de Investigación y Formación Feminista, con más de 400 cajas con objetos, casetes y otros materiales audiovisuales y bibliográficos. Estos conjuntos documentan la agrupación de amas de casa en los distritos madrileños desde 1969, cuando el término ‘amas de casa’ era un requisito para obtener el reconocimiento legal.
También destaca el archivo personal de Juan José del Águila Torres, abogado laboralista, juez de lo Social y fundador del primer bufete laboralista vinculado a Comisiones Obreras. Figura destacada en la defensa de los trabajadores en el último período de la dictadura franquista, sus cerca de 350 cajas de documentación permiten conocer mejor los métodos de represión, la Transición y la restauración de los derechos laborales. Además, albergará el archivo documental del centro cultural Espacio Afro, que pretende reivindicar y poner en valor a las personas afrodescendientes en España.
Con su existencia, el Archivo Histórico de Movimientos Sociales también fomentará el estudio del Sindicato Unitario, fundado en 1977 con el respaldo de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT), y del archivo personal del senador socialista Fermín Solana (1928-2022), cuya prolífica y diversa actividad queda manifiesta en más de 200 cajas de información sobre regiones de España, recortes de prensa, apuntes y objetos personales. A todo ello se suma el archivo fotográfico de Enrique Cano, con más de un centenar de imágenes donadas por el propio autor, en digital y en soporte físico, que documentan la movida madrileña y la realidad cotidiana de aquellos años en los que España disfrutó de una brillante generación de reporteros que renovaron el campo del fotoperiodismo y de la fotografía documental.
Sobre el Archivo Histórico de Movimientos Sociales
Creado por Real Decreto 880/2021, de 11 de octubre, el Archivo Histórico de los Movimientos Sociales recupera, reúne, difunde y permite el acceso y la investigación de esta parte esencial del patrimonio documental español, reflejo de la historia y la cultura españolas y del poder transformador de los ciudadanos. Con este archivo de carácter nacional, el Ministerio de Cultura pretende disponer de una institución cultural singular y fundamental para el estudio de la sociedad española contemporánea, donde se conserven y difundan los archivos y colecciones documentales generados y reunidos por las distintas organizaciones y movimientos sociales contemporáneos españoles y sus líderes y militantes. Da cabida tanto a los fondos adquiridos por el Estado, como a los depositados o donados por sus propietarios de forma voluntaria, para su utilización para la investigación, la cultura o el acceso de los ciudadanos a las fuentes de información que custodie.