Se trata de una pieza deportiva de los años 70, completamente diseñada por el Centro Técnico de SEAT y producida por INDUCAR. Un vehículo diferente que cambió la concepción de SEAT y demostró la capacidad de creación de la industria automovilística española en esta década. Un deportivo de pequeñas dimensiones, ágil, manejable y concebido para la ciudad, por su habitabilidad, similar a una berlina.
El pasado día 11 de julio, en el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca de la Fundación Gómez Planche, el director del museo, Luis Miguel Mata Pérez, ha recibido de manos de Luis Ángel González López, coleccionista, escritor y aficionado al vehículo español, la donación desinteresada de un vehículo mítico español; un deportivo de los años 70, del que se conservan muy pocas unidades, el popularmente conocido como ‘Bocanegra’.
Acompañando al vehículo, el donante ha entregado al centro de documentación del Museo (unidad de información referente en el ámbito de la automoción en España) una colección de documentos del proceso de desarrollo y fabricación que tuvo lugar en INDUCAR, ofreciendo planos y bocetos realizados por Aldo Sessamo, entre los años 1971 y 1975. El MHAS continúa cumpliendo, así, uno de los principales fines fundacionales de este museo y fundación, la protección del patrimonio automovilístico y documental de nuestro país.
Un vehículo que nació en una España agitada y deseosa de prosperar con la proclamación de Juan Carlos I, como Rey de España, a pesar de la crisis energética mundial. Una etapa de la historia automovilística nacional, donde se percibía un aperturismo al mercado internacional y donde, por primera vez, ve la luz un vehículo SEAT enteramente español, un Coupé elegante capaz de transportar a cuatro pasajeros con el motor de un SEAT 124 y elementos mecánicos del afamado 127, como la suspensión, el chasis, los frenos o la dirección.
EL SEAT Sport 1200 fue un vehículo diferente, que cambió la concepción de SEAT y demostró la capacidad de creación de la industria automovilística española en los años 70. Por primera vez, un deportivo de pequeñas dimensiones, ágil, manejable y concebido para la ciudad por su habitabilidad, similar a una berlina, fue capaz de abandonar la práctica de SEAT de imitar o reproducir los vehículos fabricados por FIAT.
Conocido como ‘Bocanegra’ por el diseño provocador y ‘bravucón’ de su frontal recubierto por molduras de un polímero negro, le convertían en un auténtico deportivo de los años 70, diseñado para el mercado de los más jóvenes y conductores de mediana edad, que buscaban algo diferente y especial.
Presentaba una línea ‘sport’ aerodinámica, minuciosamente diseñada para aunar practicidad, con las características de seguridad de un buen deportivo. Disponía de un motor de 1.197 cc, situado en la parte delantera del vehículo, en posición trasversal a la marcha y de fácil acceso, para su mantenimiento. Un corazón con un índice de compresión fresco, con una potencia de 67 CV a 5.600 r.p.m. y una velocidad máxima de 163,2 km/h. Otro de sus puntos fuertes fueron algunos elementos de confortabilidad, como unos asientos reclinables con reposacabezas integrales, un cuadro de mando completo para disponer de la máxima información (cuentakilómetros, cuentarrevoluciones, manómetro de presión de aceite, termómetro y diferentes indicadores de nivel), un volante agradable al tacto, grandes ventanas para ayudar a mejor la visibilidad del conductor y un maletero con apertura desde el interior; en definitiva, un sinfín de complementos diseñados para el disfrute de la conducción de este gran deportivo.