El acto se programó dentro de las celebraciones del 893 aniversario de la batalla de São Mamede, que tuvo lugar en las proximidades de Guimarães.
Organizadas por la Associação Grã Ordem Afonsina tuvo lugar este pasado 26 de junio en el Instituto de Diseño de Guimarães las «I Jornadas del Patrimonio Cultural Intangible» en la que participó, entre otros, el historiador leonés Ricardo Chao.
Esta Asociación se puso en contacto con el historiador leonés para que diera una conferencia sobre el documento investigado por él, titulado «memoria de treguas” de los tres Alfonsos: un paso en el camino a la independencia de Portugal” en el que se demuestra que la independencia de Portugal respecto al Reino de León fue real de facto varias décadas anterior a lo que se conocía.
El documento investigado y que fue el objeto de la conferencia del profesor Chao procede de San Juan de La Peñas y se conserva en el Archivo Histórico Nacional. Este documento arroja luz sobre la razón por la que esta tregua es prácticamente desconocida, se debe a que el pergamino no identifica a sus protagonistas ni tampoco la fecha en que fue redactado.
Las treguas se habrían producido en algún momento entre 1128 y 1134. Son seis años de fuerte inestabilidad tanto en la corona leonesa como en la aragonesa, que entre otras cosas sufrieron movimientos centrífugos que darían lugar a la secesión de Portugal y Navarra, respectivamente.
Con la cronología que señala el documento, el rey de León solo puede ser Alfonso VII y Alfonso Henriques el infante de Portugal, además de las referencias a Alfonso I de Aragón.
El documento objeto de estudio por parte de Ricardo Chao es la memoria de un tratado entre dos monarcas (los reyes de Aragón y León), pero ello es tan solo una fachada tras la que se oculta todo un acuerdo de paz y tregua entre el rey leonés y el infante de Portugal, implicando a los vasallos “homines” de ambos. Ahí reside la importancia principal de esta tregua: Alfonso VII reconoce al infante Afonso Henriques como interlocutor, lo que equivale a reconocer a Portugal como un reino de facto, aunque se haga presentando el acuerdo como una tregua entre Aragón y León.
En este documento no hay ninguna muestra de relación de vasallaje entre el leonés y el portugués, y de hecho hace evidente que Afonso Henriques tenía su propia red de vasallos frente a la de su primo.
Aunque sea de forma tácita, podría constituir la primera prueba escrita del reconocimiento de la independencia de Portugal, porque es bastante anterior al Pacto de Tuy de 1137. El Batallador, redactor u ordenante del documento, no es una de las “partes activas” de la tregua, sino que jugará el papel de árbitro o mediador entre los dos rivales, que se comprometen por escrito a cesar las hostilidades en cuanto lleguen los emisarios aragoneses.
Otro aspecto de gran importancia es que parece establecerse una especie de protofrontera, aunque se reconoce a Alfonso VII el derecho a responder a los posibles ataques de su primo Alfonso y se acuerda que no puede tomar el castillo ni la tierra del portugués. Es decir, Alfonso VII puede devastar el territorio portugués como venganza o represalia, pero no conquistarlo ni reintegrarlo en la corona leonesa. La línea fronteriza parece discurrir, en principio, por el “Castello de Ripera” y sus dominios.
Se establece también el principio de reciprocidad: en el momento en que una de las partes rompa la tregua, la otra tiene derecho a responder proporcionalmente y de la misma manera. Eso sí, cuando lleguen los emisarios aragoneses, todo debe volver al «statu quo ante bellum».
El acto se programó dentro de las celebraciones del 893 aniversario de la batalla de São Mamede, que tuvo lugar en las proximidades de Guimarães. Esta Batalla de San Mamede tuvo lugar 24 de junio de 1128 y se libró entre las tropas de Alfonso I de Portugal y las tropas de su madre, Teresa de León, y del conde gallego Fernando Pérez de Traba, que intentaba apoderarse del gobierno del Condado Portucalense. Las dos facciones se enfrentaron en el campo de San Mamede, cerca de Guimarães. Con la derrota, Teresa y Fernando Pérez abandonaron el gobierno condal que quedaría ahora en las manos del infante y sus partidarios, disgustando al obispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, que codiciaba el dominio de las tierras. Teresa desistía así de las ambiciones de ser señora de toda Galicia. Existen rumores no confirmados de que ella había sido hecha prisionera en el Castillo de Lanhoso.
La conferencia despertó interés, por lo que fue un éxito de asistencia, y en ella estuvieron presentes tanto las autoridades locales como alguna nacional.
Paralelamente la ciudad de Guimarães organizó “Afonsina 2021″, las II Jornadas Históricas en el Palacio de los Duques de Braganza y en la Casa de Sarmento y la Exposición Retrospectiva de las ediciones 2011 a 2019 de la «Feria Afonsina», en el Monte Latito, del 24 al 27 de junio.
Las Jornadas Históricas son un evento científico con el objetivo de dar visibilidad a las investigaciones que se han producido sobre el periodo medieval. Esta edición se ha centrado en «El papel de la mujer en la Edad Media», en la que se han presentado trabajos científicos y académicos nacionales e internacionales.
Y además con el fin de evocar la memoria de todos los visitantes, hasta el 27 de junio se ha realizado una exposición retrospectiva de las ediciones de 2011 a 2019 de la «Feria Afonsina», un evento que se caracterizó por su carácter medieval, estructurado sobre una sólida memoria histórico-cultural y patrimonial, con el objetivo de destacar la Fundación de la nación y evocar al primer Rey de Portugal, D. Afonso Henriques. Desde 2011, forma parte del calendario cultural de los guimarenses y de muchos turistas que visitan Guimarães, para disfrutar de las actividades y participar activamente en algunas áreas temáticas.
La exposición diseñada para el espacio público abordará los temas que han envuelto al evento a lo largo de los años, en sus diferentes aspectos.