Jesús Arriaga, más conocido como ‘Chucho el Roto’, fue un legendario bandido mexicano que vaciaba los bolsillos de la gente adinerada y alimentaba las bocas de los más pobres en la época del Porfiriato.
Hay muchas historias sobre su vida. Y una de las más curiosas tiene a la ciudad de León como protagonista.
El 23 de julio de 1883 llegó a las autoridades leonesas un telegrama fechado en la Ciudad de México. En el texto se alertaba de la inminente llegada a la ciudad de uno de los ladrones más buscados del Porfiriato. Iba acompañado por su compinche Maclovio Escalante.
Todos los gendarmes y policías de León y sus alrededores se movilizaron en su búsqueda. Le prepararon una emboscada, pues se sabía que ambos ladrones llegarían en el tren procedente de la Ciudad de México. El ferrocarril fue detenido por las autoridades poco antes de llegar a la ciudad para facilitar su captura.
Los agentes revisaron uno por uno a todos los pasajeros pero los ladrones no estaban en el tren. No se sabe cómo lograron escapar a pesar de la gran magnitud del operativo. Nacido en Tlaxcala en 1858, ‘Chucho El Roto’ murió en Veracruz en 1894, once años después de su misterioso paso por León.
Era conocido como ‘Chucho el Roto’ porque para realizar sus estafas solía vestir con elegancia, al estilo de los adinerados del Porfiriato, los llamados ‘rotos’ (elegantes o catrines). Durante más de una década, y en compañía de sus secuaces ‘La Changa, ‘El Rorro’, ‘Juan Palomo’ y ‘Lebrija, robó y estafó en favor de los desposeídos. Y llegó a convertirse en uno de los grandes ídolos del pueblo, porque robaba a los ricos para ayudar a los pobres.