Durante este mes, la exposición Colonias apócrifas, en colaboración con el MUSAC, ocupará las salas de muestras temporales del museo, reflexionando sobre este tipo de creaciones producto de colonialismo cultural.
La pieza del mes constituye una oportunidad para conocer más detenidamente alguno de los bienes expuestos en el Museo, mediante una explicación detallada durante las visitas guiadas, que se desarrollan gratuitamente de martes a domingo, a las 12’30 horas
El establecimiento de la colonia española en Filipinas a partir de 1565 permitió la creación de una nueva ruta comercial más segura con las Indias, que favoreció la llegada de especias y objetos exóticos para satisfacer las necesidades de una sociedad anhelante de este tipo de productos. Manila se convertiría así en uno de los principales enclaves comerciales y poco a poco estas tierras sufrirían una progresiva evangelización asistida por la llegada de las principales órdenes religiosas del momento. Así franciscanos, agustinos y dominicos se encargaron de la educación y la cristianización de la colonia.
Esta compleja situación, generó también un arte particular que combinaba la iconografía religiosa europea con las formas y los materiales nativos. En este sentido, cobraron especial importancia las piezas de eboraria que abundarán en las colecciones de los principales mecenas. Las manos que llevarán a cabo estos trabajos serían los “sangleyes”, chinos que trabajan el marfil en las Filipinas. Sanglai viene a signicar “el llegado para comerciar”, aunque estos extranjeros no sólo comercien, sino que también serán los artífices de la mayor parte de los marfiles hipanofilipinos realizados en Manila.
Con el tiempo, se difundirá la técnica, siendo practicada también por los propios filipinos.
Las características comunes a este tipo de producciones son la presencia de rasgos orientales, como los ojos rasgados, y la ausencia de dolor y sangre en el caso de los crucificados. El caso que nos ocupa, un modelado fino y una suave anatomía se adaptan a las condiciones impuestas por la curvatura del material.
El rostro, muy relajado, se apoya sobre el hombro derecho generando un elegante contraposto. El legado artístico filipino, aunque poco conocido, es amplio y está compuesto por piezas textiles y de eboraria, así como ornamentos litúrgicos e incluso algunas piezas de orfebrería que pueblan numerosas colecciones mostrando un pasado histórico muy representativo en el que el sincretismo y las relaciones culturales condicionaron la idiosincrasia de un peculiar estilo.
Mas info:
- Fecha de inicio: 1 de junio de 2014
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Fecha de finalización: 29 de junio de 2014
- Lugar de celebración: Museo de León. Plaza de Santo Domingo, 8. – C.P.: 24002 – León. Teléfono: 987 236405